Mi nombre es Susana Lidón, soy profesora de secundaria y vecina del barrio de la Malvarrosa, en Valencia. Hace unos años, junto a mi alumnado del IES Isabel de Villena, comencé a llevar a cabo un proyecto educativo y ciudadano para traer el carril bici a la Malvarrosa. Nuestro objetivo era conectar este barrio marítimo con el resto de la ciudad (la cual ya cuenta con muchos kilómetros de carril bici) de manera segura, especialmente para los niños, jóvenes y/o personas con diversidad funcional, además de reducir la huella de carbono en nuestras ciudades y lograr una sociedad más saludable, respetuosa e inclusiva. 

A pesar de que llevamos el proyecto hasta el final, trazamos el recorrido del carril y lo presentamos en aquel entonces al regidor de Mobilitat Sostenible de València, Giuseppe Grezzi, todo quedó en un simple compromiso.  A día de hoy, y tras el cambio de Gobierno, seguimos sin nada más que un par de ciclo calles, las cuales ya han quedado demostradas que no son seguras para circular y menos cuando se trata de niños y adolescentes.  
La importancia del carril bici en esta zona de Valencia no solo reside en los propios beneficios del uso de la bicicleta o en la necesidad de educar a la vecindad sobre la importancia del transporte sostenible, sino que va más allá. Desde siempre, la Malvarrosa ha sido un barrio conocido por la droga, la delincuencia o la inseguridad y, por tanto, el foco de actuación siempre ha estado ahí. Y si bien es cierto que la droga es una problemática importante que hay que tratar, no se puede negar que existen muchas otras, que provienen de una falta de inversión y atención durante años por parte de los diferentes gobiernos locales.   

La falta de infraestructuras en la Malvarrosa es evidente. En el barrio apenas hay zonas verdes, parques ni espacios naturales, faltan bibliotecas y espacios de ocio y cultura.  La Malvarrosa está muy estigmatizada por la droga y si no invertimos en infraestructuras y en cultura seguirá siendo así, no vendrá gente a vivir por miedo y nunca existirá una regeneración del barrio.  

Que sus vecinos sigamos sin contar con carril bici, al igual que con otras infraestructuras ya mencionadas, produce una desigualdad con respecto al resto de valencianos y lo único que consigue es marginalizar aún más nuestro barrio.  

Valencia es la Capital Verde Europea este año 2024, un distintivo que ha sido otorgado por ser líder en políticas medioambientales ecológicas. No obstante, estas políticas no están llegando a la Malvarrosa, que parece que cada vez es más de los turistas que de sus más de doce mil vecinos.  

Hace años ya luchamos desde la educación por mejorar nuestro barrio y por un transporte respetuoso y hoy queremos seguir haciéndolo. Por ello, y con todo lo aquí plasmado, quiero dirigir esta petición a los representantes y concejales del Ayuntamiento de Valencia para que, por favor, revisen de nuevo nuestro proyecto y hagan del carril bici una realidad.  

Pido desde aquí la máxima difusión y apoyo a esta campaña. ¡Gracias a todxs!