Pregunta para Parlamento de Catalunya
Me afrento a un trasplante de médula, ya que padezco leucemia. ¿Por qué además de mejorar la inversión para la investigación, no se apuesta para garantizar que los hospitales tienen los medios y el personal necesario?
Me llamo Sergio y vivo en Barcelona. En junio de 2021 cogí una neumonía. Yo soy asmático y enseguida acudí al ambulatorio. Desde allí, me derivaron directamente al Hospital Universitari Vall d’Hebron, dónde me ingresaron. De entrada descartaron que mi patología estuviera relacionada con la Covid-19 y acto seguido me empezaron a hacer pruebas. Las analíticas mostraban que tenía las defensas mucho más bajas de lo normal, y también mostraban otros indicadores alterados. Como los resultados no cuadraban a los profesionales que me trataban, siguieron haciéndome pruebas durante el verano, que siguieron apareciendo alteradas.
En noviembre, finalmente, decidieron hacerme un aspirado de médula. Aunque de entrada me indicaron que me darían los resultados a finales de diciembre porque yo me encontraba bien y no presentaba síntomas más allá de sentirme cansado y de evidenciar episodios de insomnio, el mismo día 3 de noviembre por la tarde me llamaron y me indicaron que tenía que acudir de manera urgente y acompañado al hospital, porque de la prueba se habían desprendido valores que indicaban que alguna cosa no iba bien. Fui, junto con mi mujer, y nos informaron de que me habían detectado una Leucemia Mieloide Aguda. Encajar la noticia fue muy duro. Aunque los médicos me indicaron que debía de ingresar este mismo día, pedí pasar la noche en casa para, básicamente, poder hablar con mis hijos.
Al día siguiente, ingresé en planta. Estuve 18 días compartiendo habitación y durante este tiempo cogí una neumonía que he arrastrado hasta día de hoy. Cuando mi situación se empezó a complicar me aislaron en planta y finalmente, después de 28 días, decidieron trasladarme a la Unitat de Teràpies Avançades en Hematologia (UTAH); una unidad burbuja para personas inmunodeprimidas. Allí conseguí recuperarme. Durante este primer ingreso, recibí quimioterapia y toda la medicación pertinente para hacer frente a las complicaciones derivadas de la enfermedad y del tratamiento. Mi mujer era la única persona que podía visitarme allí y fue y sigue siendo un soporte imprescindible. Estuve 50 días ingresado en total, y el día 23 de diciembre salí del hospital. Pude pasar las navidades en casa y todo iba bien, pero en enero padecí un episodio de dolor estomacal muy fuerte que me llevó, de nuevo, a urgencias. Me ingresaron durante tres días porque tenía una bacteria. De entrada parecía que todo iba bien, pero la misma semana tuve fiebre y me trasladaron, de nuevo, a la UTAH. Consideraron que el problema podía derivar de la vesícula, así que decidieron intervenirme quirúrgicamente. Después de la operación, estuve 10 días más ingresado y finalmente pude ir a casa.
Me he recuperado muy bien. Estoy cogiendo fuerzas, hago deporte y me siento bien para comer y comer de todo. Quiero agradecer a todo el personal que me está tratando, su esfuerzo y su implicación para hacerme el bien a mí y a mi familia. Cuando estuve en casa durante las navidades, por ejemplo, me pude beneficiar de un servicio de atención en casa y esto es una suerte. En estos momentos, estoy esperando a ingresar para recibir un trasplante de médula ósea. Durante esta semana empecé con las pruebas pertinentes y mi hermano, que es compatible conmigo al 100%, será mi donante. En principio, el procedimiento tendrá lugar a finales de este mes.
Mi proceso de enfermedad me ha hecho percatar de que hay algunas carencias relacionadas con los servicios que pueden ofrecer los hospitales públicos; en algunas ocasiones te das cuenta de que falta personal y medios. Por ejemplo, algunos de los materiales que usan los profesionales sanitarios en su día a día laboral fallan continuamente y esto, en algunas ocasiones, les complica o atrasa el trabajo. Considero, en este sentido, que se debería de invertir a favor de garantizar, siempre, los recursos tanto humanos y materiales pertinentes. Además, y también en el mismo sentido, quiero realzar la necesidad que tenemos los pacientes oncológicos de contar con ingresos en habitaciones individuales, ya que en muchos casos es imprescindible. Los tratamientos y la enfermedad en sí nos dejan con las defensas muy bajas o sin ellas y cualquier agente exterior es peligroso para nosotros. Creo que se debería de procurar que todas las personas que lo necesitan tienen acceso a la unidad de aislamiento, pero en la UTAH no hay habitaciones disponibles para todos y la afección y gestión que ha conllevado la pandemia tampoco ha ayudado en este sentido.
Es por lo presentado que me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya, ya que son quienes me representan, para que después de plantear mi situación, que es común con otros pacientes, y también de justificar mis peticiones, me respondan a la pregunta concreta: ¿Por qué además de mejorar la inversión destinada a la investigación, no se apuesta para garantizar que los hospitales públicos tienen los medios y el personal necesario?