Pregunta para Congreso de los diputados
Me llamo Sara y he superado una Leucemia. ¿Para cuándo más ayudas desde las instituciones para que se investigue y cure el Cáncer?
¡Me llamo Sara y estoy viva!
Me gustaría, explicaros mi historia:
Cuando tenía 17 años, sobre mediados del año 2013, empecé a curiosear un blog de unos padres que habían tenido un bebé prematuro, y a partir de ese fui a parar a otro blog, y a otro, hasta que finalmente llegué a un blog de una chica llamada Mónika.
Ella tenía una Leucemia y allí contaba todas sus vivencias y experiencias desde el diagnóstico hasta su adicción al crochet. No era una cosa que siguiera y leyera constantemente, pero sí que me llamaba la atención y me parecía atractiva la manera en que explicaba todas las cosas ya que siempre era con un toque de humor.
El tiempo fue pasando hasta que llegó diciembre de ese mismo año, cuando mi madre se notó un bulto en la mama izquierda. Nos fuimos de vacaciones de Navidad a Galicia y mi madre no le daba importancia, decía que podía ser cualquier otra cosa… realmente era verdad, no sabíamos a ciencia cierta que era ese bulto, pero también supongo que el miedo que podía llegar a sentir hacía que se negara a saber la verdad.
Finalmente, acabó yendo de urgencias al Hospital de Sant Pau dónde le hicieron una mamografía y algunas pruebas. Después de unos días llegaron los resultados de las pruebas, el 28 de enero de 2014, recuerdo ese día perfectamente. Estaba en clase de lengua y envié un mensaje a mi madre para ver si ya les habían dicho algo y me contestó que sí, así que rápidamente pedí ir al baño y hablé con ella. Tenía cáncer
En aquel momento el mundo se me vino encima, pero recuerdo que mi mente consciente estaba muy positiva y dispuesta a apoyar a mi madre y ayudarla en lo que hiciera falta. Mi padre en cambio no tanto, el miedo se apoderó más rápidamente de él y en algunas ocasiones creyó que mi madre se iba a morir. Empezaron las sesiones de quimioterapia cada quince días y todo llevaba buen rumbo.
Durante esos meses yo estaba haciendo una vida normal, como una chica de 17 años, instituto, amigos, fiesta y por supuesto dando un soporte y apoyo a mi madre. La verdad es que estaba en segundo de bachillerato, preparándome para ir a la selectividad, y puedo decir que no era una de mis épocas más relajadas. Hasta que un día tuve una pérdida de conocimiento, nunca me había pasado pero tampoco le di mucha importancia, es algo que puede ocurrir por una bajada de tensión o cualquier cosa. Al cabo de unas semanas volví a tener otra pérdida de conocimiento, así que optamos por ir al ambulatorio del barrio a que me hicieran una revisión pero me dijeron que estaba bien que no tenía nada, aunque me programaron una analítica para asegurarse. El resultado de esa analítica fue malo, malísimo. Diagnóstico: Leucemia Mieloide Aguda.
Durante todo el proceso fue todo muy bien, desde un principio confié en los médicos y conseguí remisión completa de la enfermedad a la primera, también encontré donante compatible para el trasplante de medula ósea.
En el mes de julio estaba programado mi trasplante y se realizaría en el Hospital de Sant Pau, pero finalmente no fue así porque la donante no pudo hacer la donación y se retrasó para el mes de agosto. Así que ese mes empezaron las pruebas y las visitas pre-trasplante. MIEDO, sentí mucho miedo. Recuerdo una visita con una doctora en la que me trató de explicar en qué consistía el trasplante de médula y cuáles eran sus complicaciones y efectos secundarios. No acabé de entenderlo muy bien, se veía una doctora con mucha experiencia, pero lo único que recuerdo es que salí con mucho miedo y mal cuerpo. Después tuve otra visita con otro doctor, en la que se expresó con un vocabulario menos técnico y científico y pude entender mejor cómo iba a ir todo el procedimiento y las complicaciones que podría tener. Seguía teniendo mucho miedo. A finales del mes de julio operaron a mi madre, estábamos un poco asustados, pero yo estaba convencida de que todo saldría bien. Y así fue. Todo estupendo
En todo este proceso, me he encontrado con profesionales magníficos que hacen increiblemente bien su trabajo. Tenemos, por fortuna, personas que trabajan día sí y día también por salvar vidas como la mía. Por todo ello, estaré eternamente agradecida.
Sin embargo y como ustedes ya sabrán, continúan falleciendo muchas personas por que no se le ha encontrado una cura al Cáncer. Puede que hagan falta muchos años de investigación y de esfuerzo, pero profesionales dispuestos los tenemos a patadas. Lo que nos hace falta es dinero y compromiso político para que se destinen más partidas presupuestarias para que los equipos investigadores puedan hacer su trabajo adecuadamente y encontrar así una cura.
Me gustaría que ustedes, Diputados del Congreso, me digan si su partido contempla ampliar las partidas presupuestarias para investigar y curar el Cáncer. Es de especial interés que nos digan cuál es la cuantía exacta que su grupo parlamentario se compromete a destinar para la investigación y cura del cáncer en caso de que lleguen a gobernar.
Es de sentido común.