Pregunta para Senado de México
El “no tenemos personal capacitado” tiene que dejar de ser una excusa. Queremos que estudiantes de pedagogía, psicopedagogía y educación trabajen en módulos especiales para ayudar a niños con discapacidad.
No son niños eternos, así como cualquier otro ser humano, los niños con síndrome de down tienen sus etapas de desarrollo, tampoco son angelitos, les gusta jugar, divertirse y hacer travesuras, ellos pueden aprender, socializar y vivir una gran vida a su ritmo. A través de mi perfil en Instagram queremos eliminar poco a poco estos mitos y prejuicios que existen alrededor de esta condición genética.
Mi nombre es Rosa Díaz, soy mamá de Ana Paula de 8 años y Matías de 2 años y 6 meses, el segundo de mis hijos nació con síndrome de down, antes de que llegara a nuestra vida, nosotros no sabíamos nada de esta condición, durante los exámenes y revisiones que me hacía el especialista nunca hubo algún problema, fue hasta que el pediatra que lo vio nacer nos comentó que tenía rasgos de síndrome de down que nos enteramos y nos adentramos en este mundo que en ese entonces nos era desconocido.
Los primeros meses de Matías nos llenaron de temor e incertidumbre, eran días de llorar por la falta de información que teníamos sobre síndrome de down, pero conforme él fue creciendo nos dimos cuenta de que nuestro hijo era como cualquier otro niño y que con el apoyo necesario puede hacer lo que quiera. Como papás buscamos trabajar día con día para hacer de nuestro hijo una persona independiente, dándole el cariño, la seguridad y confianza que requiere.
Matías es un niño alegre, sociable y con un gran amor hacía su hermana, afortunadamente nos hemos encontrado con gente increíble que lo ha ayudado en lo que se requiere, las maestras de su escuela se han dado a la tarea de aprender sobre cuidados y métodos de aprendizaje para niños con esta condición genética y eso nos ha llenado de felicidad porque uno de nuestros principales miedos era el no encontrar alguna escuela en donde el se pudiera desarrollar poco a poco.
Hasta el momento no nos hemos encontrado con barreras sociales, pero sabemos que inevitablemente ese momento llegará, las miradas en la calle, los comentarios de los desconocidos, problemas con otros niños, son parte de las consecuencias de la desinformación y las familias que tienen integrantes con síndrome de down conviven con esto diariamente, por suerte, cada una de estas familias hace su lucha desde su trinchera para informar a la sociedad y tratar de acabar con los estigmas que hay en este tema.
Es cierto que actualmente hay menos rechazo por parte de las escuelas para aceptar a personas con discapacidad, padres de familia de la comunidad han notado esa evolución, sin embargo, considero que todavía tenemos mucho por mejorar, existen muchas instituciones que se asumen como inclusivas cuando esto no es verdad, las escuelas, los maestros y directivos no se capacitan al cien por ciento para formar una educación realmente inclusiva.
Uno de los temas que más nos mueven es el de las maestras sombras, este tipo de docentes son profesionales particulares que le dan atención personalizada a los niños que lo necesitan y que forman parte importante para el desarrollo de nuestros hijos, sin embargo el contratarlas significa un gasto mayor que algunas familias no pueden pagar, por eso creo que es necesario que se incentive un apoyo de por parte del gobierno o de las escuelas para financiar el salario de las maestras sombras y así asegurar una educación de calidad a los pequeños que las requieran.
Quiero aprovechar este espacio para hacer llegar a los integrantes del Senado de la República, la siguiente petición: El “no tenemos personal capacitado” tiene que dejar de ser una excusa. Queremos que estudiantes de pedagogía, psicopedagogía y educación trabajen en módulos especiales para ayudar a niños con discapacidad. Es vital que se les enseñe desde su formación a convivir con las discapacidades para que en un futuro se eliminen las barreras sociales y educativas que la falta de capacitación causa, solo así podremos tener una educación verdaderamente inclusiva.