Soy Regina Centeno, bailarina profesional, tengo 21 años y llevo 16 años dedicando mi vida al ballet. A lo largo de mi carrera, me he dado cuenta de que el ambiente en el que estudiamos desde niñas y niños, y que trabajamos las y los bailarines, existen prácticas alarmantes para la salud física y emocional y que en definitiva deben erradicarse. 
 

Desde violencia emocional principalmente inculcada por las y los profesores, las actitudes de criticar pasa al ambiente estudiantil y laboral. Ridiculizar los cuerpos por su peso ha generado desórdenes alimenticios, criticar o compararnos no inculca la hermandad y hacernos creer que después de tanta presión llorar o sentirnos física o emocionalmente mal es igual a ser débiles, son algunas de las muchas prácticas que desde las academias de baile muchas niñas y niños que inician sus carreras como bailarines normalizan y crecen estos abusos a lo más valioso, nuestro cuerpo.
 

Sin duda estas prácticas deben ser reguladas por parte de las autoridades mexicanas, pues inculcar una convivencia, sana y libre de violencia potenciará el talento que existe en nuestro país y esque para estos rubros comenzar desde que eres una niña o un niño, es muy importante, pero eso no deja de lado que se tiene que tratarlos de acuerdo a su edad y violentandoles, haciéndonos creer desde corta edad que eso es lo que se tiene que vivir para “poder ser reconocid@ en el medio”.
 

A lo largo de mi experiencia he escuchado frases como: “Aquí vienes a bailar, no hacer amigos” “acostumbrate, así es el mundo de la danza” y es muy triste que para quienes desde niños tuvimos la ilusión de ser bailarines, tengamos que creer que su práctica no es agradable, cuando es algo que para nosotros es nuestra pasión y una ilusión a la hora de presentarnos.
 

Pido a  las autoridades del Senado de la República, quienes son nuestros representantes lo siguiente: Crear políticas que mejoren las prácticas para las niñas y niños que desean convertirse en bailarinas y bailarines de México, para que inicien sus carreras en un ambiente libre de violencia sexual y psicológica. En México la calidad de bailarinas y bailarines puede mejorar si sus condiciones de educación también mejoran. 
 

Por favor, ayúdanos a firmar y a difundir esta campaña por todos sus grupos-contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si consigo 500 apoyos, esta pregunta llegará al Senado de la República, los cuales me tendrán que dar una respuesta en esta misma web. 

Muchas gracias :)