El colectivo de trabajadores autónomos es muy amplio y diverso, y se extiende por todos los sectores de actividad económica. Esta formado por más de tres millones de personas entre los que caben consejeros delegados de grandes empresas, artesanos, profesionales liberales, pequeños empresarios, detallistas, carpinteros, fontaneros, transportistas, etcétera. En definitiva un colectivo fuertemente atomizado tanto en su dispersión por todo el país como en los diferentes sectores de actividad. Incluso caben los trabajadores autónomos dependientes, una figura creada exprofeso en el Estatuto del Trabajo Autónomo, y al que se aferran algunas grandes empresas para crear autónomos tan extraños como los riders en lo que se denomina la uberización de la economía.

A pesar de este amplísimo espectro, la intención de los diversos gobiernos nacionales como autonómicos ha sido reducir la representación de los mismos a una triada de asociaciones que, de un modo u otro, están ligadas a la triada de entidades que llevan a cabo el diálogo social, y en el que, ciertamente, no están representados los trabajadores autónomos de manera mayoritaria.

Es difícil imaginar a los trabajadores autónomos representados en el seno de la CEOE, que agrupa a la gran patronal del país o en el de los sindicatos que, sin duda, representan a los trabajadores contratados por los autónomos.

En este sentido, acabamos de vivir un ejemplo nítido de la dualidad entre aquellos que dicen representar a un colectivo y su representatividad. Los pequeños transportistas, aquellos más fuertemente golpeados por el entorno económico actual y las condiciones de contratación con los cargadores, se han puesto en huelga y el mismo gobierno que les acusaba de no ser representativos reconocía el desabastecimiento en los mercados. ¿Cómo puede alguien que no es representativo, poner en riesgo el abastecimiento de productor del país, desde las estanterías de las grandes superficies, al alimento de la ganadería o el transporte de la pesca?

Este ejemplo ha sido la muestra de la capacidad de los autónomos en el funcionamiento del país y como las administraciones no atienden sus necesidades, ni siquiera sus reclamaciones, ejecutando sus respuestas atendiendo a unas pocas voces que, en la mayoría de ocasiones, están muy alejadas del sentir mayoritario de los autónomos.

Desde esta experiencia, están los diferentes gobiernos dispuestos a abrir el diálogo con todas las asociaciones que representan a los trabajadores autónomos tanto sectorial como intersectorialmente como en ámbitos locales, regionales o nacionales.

Red Autónomos se constituye en 2019 como organización para dar voz al colectivo de autónomos, pero no pretende ser la única voz, sino una más de las voces de los autónomos que cuenta con representación en nueve Comunidades Autónomas y está centrada en la defensa de los trabajadores autónomos que ejecutan su labor de manera autónoma y prestando especial atención al ámbito rural y a los autónomos inmigrantes.

Dirigido al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.

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