Pregunta para Congreso de la República del Perú
¿Cuándo podré operar a mi hija en el Instituto Nacional Cardiovascular (INCOR)? Han parado las operaciones y hay muchos niños y niñas esperando.



Mi nombre es Priscilla Salazar y soy la madre de Larissa, mi hijita de 2 años y 8 meses, que sufre de una cardiopatía congénita (DSVD) y necesita ser operada con urgencia.
Mi periplo con Larissa empezó incluso antes de que ella naciera, porque a mis 32 años tuve problemas para quedar embarazada, pero finalmente pude lograrlo. A las 33 semanas de embarazo, en una ecografía notaron algo extraño. Tuve que sacar una cita en el Instituto Nacional Materno Perinatal (Maternidad de Lima) y me dijeron que mi hijita tenía un CIV, un defecto del corazón ocasionado por una conexión anormal en las cavidades inferiores, pero que no era lo único.
Busqué la consulta de un médico especialista para que me realizaran una ecografía especial para infantes y el diagnóstico final fue que tenía doble salida de ventrículo derecho (DSVD), una cardiopatía congénita que afecta la oxigenación en su sangre, y su pronóstico era muy malo. Me dijeron que no era un feto viable, que muchos de estos niños no sobreviven al nacer. Además, también me dijeron que podría desarrollar una estenosis en el corazón, que es como un pequeño bache que no permite la correcta circulación de la sangre. Esto me puso muy mal, recuerdo haber llorado por una semana entera.
Con mucha suerte, pude conocer a un cardiólogo pediatra que trabajaba en el Instituto Nacional Cardiovascular (INCOR). Él me dijo que ya había visto casos como el de mi niña, que había que esperar hasta que nazca y, sobre todo, que tuviera esperanza. La operación consistiría en colocarle un injerto en el corazón para que pueda mejorar su circulación. Solo me daban 30% de probabilidades de éxito.
Finalmente, Larissa nació y tuvo que ir de frente a UCI, donde le hicieron varios exámenes. Tenía un ventilador mecánico al lado por si se descompensaba. Así quedo por días, pero solo para observación. Me dijeron que su estenosis terminó protegiendo su corazón.
Sin embargo, mientras fue creciendo, a mi pequeña le empezó a bajar la saturación de oxígeno. Incluso le dio Covid-19 y llegó a saturar hasta 50. Por eso es que mi hija necesita la operación urgente. Lastimosamente, con la pandemia, el INCOR está siendo utilizado para atender a pacientes de coronavirus y han retrasado todas las operaciones de los niños y niñas. Me dijeron que solo le harían la operación si es que mi hijita se estuviera muriendo.
Mi caso no es el único, hay muchas madres y padres que están buscando esa pequeña luz de esperanza. Por eso he emprendido esta campaña y me quiero dirigir a las autoridades para que le presten atención, no a mi, sino a mi Larissa y a todos esos pequeños que quieren estar sanos y poder tener una vida más tranquila. Lo único que necesito es tu ayuda para conseguir 300 apoyos y que mi pedido llegue a los políticos peruanos que quieran ayudar y recibamos una respuesta en el portal de Osoigo Perú. Solo tienes que hacer click en el botón “Apoyar” y ayudarnos con la difusión de este caso. Por Larissita y todos los niños que están esperando.