Pregunta para Congreso de la Ciudad de México
Que las autoridades sean capacitadas para que protejan verdaderamente la integridad física, psicológica y emocional de los niños, niñas y adolescentes que son alejadas de su hogar por uno de sus progenitores.



Soy Priscila Serrano y hace casi un año que no tengo noticias de mi hija Bdaoli, de 11 años de edad, a quien dejé de ver después de que su papá se la llevara y cortara conmigo todo tipo de comunicación.
El pasado 31 de agosto de 2020, mi expareja, con la que tenía una relación cordial tras nuestra separación, hace 7 años, me envió un mensaje donde me decía que por la pandemia no tenía una buena situación, por lo que optaría por irse al estado de Baja California Sur y que se llevaría a nuestra hija.
También me envió el número de una tarjeta, en donde me pedía que le transfiriera dinero para su manutención. Sin embargo, solo unos días más tarde, cuando intenté comunicarme con él, ya me fue imposible. Estaba bloqueada de todos lados e imposibilitada para saber en dónde o cómo se encontraban los dos. La familia de mi expareja también se ha negado a darme cualquier tipo de información, me han asegurado que no saben nada de ellos.
Mi expareja y yo nos separamos cuando nuestra hija tenía 3 años de edad. Y hasta ahora habíamos compartido su custodia mediante un acuerdo no escrito. En cuanto supe que mi hija no volvería, levanté una denuncia por sustracción en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
Hasta ahora no ha habido ningún tipo de respuesta por parte de quienes deberían de encargarse de impartir justicia e investigar, y ha pasado todo este tiempo sin que las autoridades hagan lo suficiente, o lo que es debido para poder decirme dónde y cómo está mi hija; sin que me puedan asegurar que están velando por el interés superior de ella, que es menor de edad. Sé que mi expareja y mi hija viven en algún lugar del país vendiendo pulseras tejidas a mano.
El padre de mi hija se niega a inscribirla a la escuela, justamente porque no quiere ser detectado. Durante el tiempo en que estuvimos juntos, él me violentó, sobre todo físicamente. Temo porque esto pueda repetirse con mi hija, y que en general esté padeciendo en un contexto que no es apropiado para ella.
Toda la familia de Bdaoli y yo la extrañamos mucho y queremos saber cómo está. La queremos de vuelta. Por todo esto, lanzo esta campaña de difusión, para pedir a las autoridades del Congreso de la Ciudad de México, para que escuchen mi voz y legislen en favor de las niñas y niños que estén en situaciones parecidas a la de mi hija. Creo que entre todos podemos ayudar: si recogemos 500 firmas en esta petición, los representantes políticos me responderán en la página de Osoigo. Y difundamos este testimonio con nuestros contactos de WhatsApp y redes sociales, para que muchas personas lo puedan respaldar.
¡Muchas Gracias!