Pregunta para Cortes Valencianas

Me llamo Patricia y con 35 años me detectaron un cáncer de mama que ha implicado someterme a ocho operaciones: ¿Por qué no se adelanta la edad de las mamografías rutinarias y así se incide en la detección temprana de esta enfermedad?

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Patrícia Pascual Pregunta de Patrícia Pascual

Me llamo Patricia y vivo en Elche. En verano de 2016, presa de complejos y con una autoestima bajísima, decidí hacerme un aumento  de pecho. Cuando me hicieron la mamografía previa a la intervención, vieron alguna cosa extraña. Me hicieron una punción y me llamaron, al cabo de unos días, anunciándome que tenía cáncer. En aquel momento pensé que me había tocado la lotería, porque si yo no hubiera decidido ponerme pecho, no me habrían hecho esta mamografía. Los médicos me dijeron que en principio parecía que el cáncer estaba localizado en una parte del pecho derecho. Cuando me operaron para quitármelo vieron que en realidad todo el pecho estaba afectado, así que tuve que someterme a una segunda operación. Me dieron a elegir si quería, o no, mantener el pezón y como decidí que sí, el cirujano me informó que ya durante la misma intervención, podrían ponerme las prótesis. Esta segunda operación sirvió, también, para que los expertos determinaran que el tipo de cáncer que yo padecía era hereditario, así que tuve que someterme a una tercera intervención para quitarme los ovarios; me informaron que el cáncer de útero es más agresivo que el de mama y que además, esta acción reducía en un 80% la probabilidad de que el cáncer de mama se reproduciera.

Después de esto, pasaron los meses y me dijeron que por prevención, tenían que quitarme, también, el pecho izquierdo; que en principio se trataba de abrir, quitar la prótesis y vaciar el pecho. Cuando me estaban operando vieron que el cáncer se había reproducido en el pezón y determinaron que no era el mismo tipo de cáncer, así que me practicaron una mastectomía radical bilateral. En este momento, yo me había estado trabajando la autoestima y me di cuenta de que definitivamente había conseguido coger las riendas de mi vida. Cuando me quité las vendas y me vi sin pecho en el espejo me percaté de lo que me quiero y me valoro. Me di cuenta de que había aprendido a mirarme. Estoy viva y esto es lo que cuenta. Tuve que someterme a un tratamiento de quimioterapia y, aunque con momentos de debilidad, lo llevé bastante bien. Trabajé para normalizar la situación y hacerles la experiencia más llevadera a mis hijos, entonces de 4 y 6 años.

Una vez terminada la quimioterapia, me empecé a percatar de que varias personas me comentaban que la forma como yo estaba viviendo todo el proceso de enfermedad no era la habitual, así que decidí, cuando estaba a punto de recibir otra operación, que quería ayudar a tanta gente como fuera posible a ver la enfermedad como la veía yo. Llamé a una amiga y me hizo unas fotos dónde yo aparecía sin los pechos. Estas fotos se hicieron virales, me lo dijeron cuando me desperté de la intervención. Me empezaron a llamar de medios de comunicación y muchas mujeres se pusieron en contacto conmigo. Esto me llena muchísimo, este contacto constante hace que todas ellas me ayuden a mí y que yo sienta que las estoy ayudando. Hemos creado un vínculo muy bonito.

Actualmente estoy a punto de tatuarme el pezón. De hecho, en verano me dieron el alta y en julio del año pasado volví al trabajo. Ahora también imparto charlas de amor propio junto con una amiga. Estoy muy contenta porque realmente me doy cuenta de que gracias al cáncer, Patricia ha vuelto. Mi entorno ha sufrido mucho, pero la experiencia nos ha servido, también, para crecer. A raíz de todo este proceso, he determinado el lema de 'el amor propio por bandera' como un elemento identificador propio. 

Me dirijo a los políticos de las Cortes Valencianas, ya que son quienes me representan, para que tomen mi caso de referencia y se den cuenta de que es muy necesario que se adelante la edad para empezar a hacer mamografías rutinarias a las mujeres. Cada vez hay más personas jóvenes, con menos de 45 años, que padecen esta enfermedad. Solo con la detección temprana se pueden evitar complicaciones y se puede garantizar la curación.

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