Pregunta para Senado
Soy Patricia Jessel, mis hijos Zara Regina, de 10 años, y Patricio de 15, fueron sustraídos por su papá en Playa del Carmen, Quintana Roo, en abril de 2020. ¿Cuándo las autoridades harán lo posible por ayudarme a recuperar a mis hijos?



Hace más de un año, el 16 de enero de 2020, recibí una llamada de mi expareja del que llevo separada 8 años, diciéndome que mis hijos y yo corríamos peligro en el departamento en donde vivíamos, en Ciudad de México. De forma alarmante, me dijo que se habían metido a su departamento y que él lo veía como una amenaza contra su seguridad y la de su familia, pues según su relato, de su casa no se habían llevado nada. Yo me lo creí porque sé que debido a su trabajo como comerciante y propietario esas cosas suelen pasar en un país como el nuestro. Tomé todos nuestros documentos y medicamentos de mi hijo Patricio, de 15 años de edad, que sufre de epilepsia y padece de autismo, y me salí de ahí confiando totalmente en lo que el padre de mis hijos me contaba. Nos fuimos a Playa del Carmen, en el estado de Quintana Roo, y una vez ahí se dio a la tarea de dar de baja a mis hijos de la escuela y pedir que sacaran todo de mi departamento.
Yo no entendía mucho lo que pasaba, tenía incertidumbre y miedo por lo que acababa de suceder. Poco tiempo después me di cuenta de que era mentira. Que la intención de mi expareja era tenernos cerca y llevarse a mis hijos. Me propuso volver a estar juntos “por el bien de nuestra familia”, y ante mi negativa las cosas se fueron deteriorando mucho. Fueron muchas discusiones las que tuvimos, hasta que tras la última pelea yo volví a insistir en que yo no quería estar ahí. Él me decía que entonces yo me fuera y que a mis hijos los dejara ahí, algo a lo que yo me negué rotundamente.
Así que al día siguiente de esa última discusión, el 15 de abril de 2020, mi expareja se fue con los niños, diciendo que iba a la papelería, y aprovechando que yo me había metido a bañar. Y ya no volví a verlos más. Enseguida fui a la Fiscalía en Playa del Carmen para levantar una denuncia por sustracción de menores, y me enteré ahí que debido a que él era el padre, no había delito, pues ninguno de los dos tenemos la guarda y custodia. No me quisieron levantar ni denuncia, ni Alerta Amber. Lo único que pude hacer fue levantar una denuncia por violencia familiar, debido a que él la ejerció contra mí en distintos momentos, y me fui a Ciudad de México a levantar las denuncias pertinentes y recabar mis pruebas.
Una vez ahí, solicité que me dieran a mí la guarda y custodia. Mi expareja ha estado poco presente en la vida de mis hijos, yo he cuidado de ellos siempre y en esa dinámica, él y yo nos llevábamos relativamente bien. Pero en Ciudad de México me negaron esa solicitud debido a que mis hijos estaban en calidad de “desaparecidos”. Pedimos alerta migratoria, porque él se ha llevado todos los papeles de mis pequeños. Pero van ya 10 meses y aún no me han dicho nada. No se ha hecho nada, y yo solo tengo desesperación, incertidumbre y un sentimiento de abandono y falta de empatía total por parte de las autoridades y de todo un sistema que no entiende que aunque sea el padre, mis hijos están sufriendo daños que podrían ser irreversibles.
Sobre todo, me preocupa la salud de Patricio, quien sufre de ataques epilépticos y debe de tomar medicamentos que su padre no se llevó, a la hora de arrebatármelos. Esto es una pesadilla, es una lucha constante, que no abren los juzgados, que todo está parado, y mientras tanto sigo sin ver ni saber nada de mis hijos. Estoy viviendo una tragedia.
Después de mucho tiempo de insistir en la salud de mi hijo y en el peligro que corren ambos, dado que no están yendo a la escuela ni radicando en un entorno de paz ni tranquilidad, se ha levantado ya una Alerta Amber. El papá de mis hijos ha cambiado su número telefónico, ha cerrado sus redes sociales, todo esto lo saben las autoridades, pero nadie hace nada, porque “es su papá”. Creo que ningún padre tiene el derecho de alejar a sus hijos de ninguna manera, se están violando los derechos de los pequeños y nadie hace nada. Ya he contactado con la Asociación Niños con MaPa quienes nos está acompañado en este proceso, apoyándonos con orientación y con la tarea de la localización y también de difusión.
Por todo esto, solicito a las autoridades mexicanas que sean más empáticas y comprensivas con el sufrimiento que experimentamos las madres y el daño que sufren los pequeños en casos como el mío. Les pido a quienes integran el Senado de la República, que me ayuden a encontrar a mis dos hijos, Zara Regina Jessel de solo 10 años de edad y Patricio Jessel, de 15.
Por favor, ayúdanos a firmar y a difundir esta campaña por todos tus grupos y contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si conseguimos 500 apoyos, esta pregunta llegará a políticos de distintos partidos del Senado de la República, los cuales nos tendrán qué dar una respuesta en esta misma web.