El pasado 12 de abril mi hijo Jerónimo Cantera Belloso, de 7 años de edad, fue sustraído por su papá en la Ciudad de México, tras celebrarse la primera audiencia en el proceso de divorcio incausado que yo he iniciado. A esta cita, mi expareja no asistió y, en cambio, cuando volví a mi domicilio, ya no se encontraba ni él, ni mi hijo ni ropa y documentos del niño. De hecho, pude enterarme hasta ese día que el padre de mi hijo había estado en comunicación, desde octubre pasado, con la administración del fraccionamiento en donde vivimos para empezar a gestionar cambios en quién podría estar autorizado para entrar y para salir. En estos cambios no me consideraba a mí. 

Es importante señalar que soy yo quien tiene la guarda y custodia provisional de mi pequeño, y que eso no ha facilitado las cosas. Yo creía que todo estaba marchando en buenos términos, porque a pesar de empezar el proceso de divorcio, en marzo de 2020, yo no dejé que su papá dejara de convivir con él. Ellos tienen una relación muy bonita y muy cercana y yo no iba a impedirle nunca que lo viera. Habíamos acordado que lo visitara cuando pudiera y quisiera y que pasaran vacaciones juntos si así lo querían. 

Desde la fecha de su sustracción no he podido saber donde se encuentra el niño, ni siquiera me he podido comunicar con su papá. Las autoridades han emitido una cédula Odisea, un programa que también se encarga de la búsqueda de personas que se han reportado como desaparecidas. Mientras tanto, el padre de mi hijo se niega a contestar las llamadas, a responder mensajes, y a decirme en dónde se encuentran. 

Yo no voy a separar nunca a mi hijo de su padre. Sé que ambos tienen una relación bonita y yo nunca he interferido con eso. Lo que me preocupa es que mi expareja le esté influyendo sobre qué pensar en esta situación o lo esté manipulando y asustando, eso creo que afectaría mucho la salud mental y emocional de mi pequeño y no quiero que sea él quien sufra esas consecuencias de algo que yo he querido resolver, pero que su papá no ha cedido. Me he acercado a la Asociación Niños con MaPa, quienes con su orientación acompañan este testimonio.

 Es por todo esto que he decidido lanzar esta campaña de difusión en la página de Osoigo, para pedirles a nuestros representantes políticos que me ayuden a recuperar a mi hijo Jerónimo Cantera Belloso, de 7 años de edad. Pedirles que hagan cumplir el interés superior de las niñas, niños y adolescentes, para que ninguno de ellos se enfrente a casos como este, en el que son finalmente las víctimas. Por favor, ayúdame a firmar y a difundir esta campaña por todos tus grupos y contactos de WhatsApp y redes sociales. Si consigo 500  apoyos, esta pregunta llegará a políticos de distintos partidos del Senado de México, los cuales me tendrán qué dar una respuesta en esta misma web.

¡Gracias!