No estoy mal hecha y estoy harta de que el mundo me haga creer eso: ¿Cuándo se adaptarán las infraestructuras para que sean accesibles a las personas con discapacidad?
Nuria Rubio

Tendremos en cuenta la accesibilidad a la hora de legislar


Querida Irene, 

Desde el grupo parlamentario socialista logramos aprobar una Proposición No de Ley para que se habilitaran espacios en los hospitales y centros de salud para que las personas que utilizan sillas de ruedas puedan dejarlas con seguridad. Esta iniciativa salió adelante inspirada por una persona que, como tú haces, reivindicaba la importancia de que nuestras instituciones públicas sean accesibles. 

Estoy de acuerdo contigo en que no eres tú quien “está mal hecha”, si no el mundo que no es accesible. Y los políticos tenemos el deber y la obligación de garantizar una sociedad accesible, así como inclusiva, para toda la ciudadanía. El hemiciclo de las Cortes se tuvo que adaptar cuando nuestra compañera Noelia Frutos no tenía posibilidad de acceder con su silla de ruedas. Tanto las Cortes como tu Universidad, deberían haber estado adaptados, independientemente de vuestra llegada. 

Es muy importante lo que reivindicas,  queremos que se tenga en cuenta la accesibilidad a la hora de legislar, tal y como pides. Te adjunto una pregunta que registramos para iniciar el debate:

Gracias por hacernos llegar tu petición. Hemos registrado ante la Mesa de las Cortes de Castilla y León, la queja en materia de accesibilidad y supresión de barreras que nos haces llegar a través de tu campaña.


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Nuria Rubio
 Pregunta No estoy mal hecha y estoy harta de que el mundo me haga creer eso: ¿Cuándo se adaptarán las infraestructuras para que sean accesibles a las personas con discapacidad?

Me llamo Irene, aunque mis amigos me llaman Eneri -mi nombre al revés-, soy estudiante de medicina en la Universidad de Salamanca y estoy harta de vivir en un mundo inaccesible para las personas con discapacidad. Utilizo el término de ‘discapacidad’. Porque no significa que la persona no sea capaz de algo, sino para explicitar que es una sociedad regida por el capitalismo y el capacitismo la que nos incapacita. Por ello, las infraestructuras y el acceso a un empleo están hechas para un tipo de persona normativa dejando fuera a todas las personas que están dentro de esa definición.  

Con un año, sufrí el Síndrome de Guillan-Barré que consiste en que el sistema inmunitario ataca los nervios periféricos produciendo debilidad y pérdida de la sensibilidad en las piernas y/o brazos. No hay cura pero la inyección de inmunoglobulinas en fase aguda y la rehabilitación ayudan a la recuperación, a veces total o, como es mi caso, parcial. Desde entonces, uso una silla de ruedas para las largas distancias. Además, me han dicho frases como “¿Si te toco las piernas sientes algo?” “Si vienes a la excursión molestarás a tus compañeros” “Tan joven y guapa, qué pena” “No quiero que hipoteques a mi hijo”.

Cuando voy por la calle, los adultos me siguen con la mirada de una manera poco disimulada y, por tanto, irrespetuosa. Expreso mis quejas para concienciar, cada uno es diferente, y no por eso debemos señalar y discriminar. Quizá te parezca algo sin importancia, pero ese señalamiento va mucho más allá. Les llamo la atención como algo extraordinario y excepcional, raro; para las excepciones no se hace política. Esto se traduce en la concesión de contratos urbanísticos para construir edificios que no están adaptados.

A lo largo de mi vida me he topado con multitud de obstáculos que la sociedad nos interpone a las personas con alguna discapacidad física. Siempre me fui adaptando a mi entorno pensando que yo era el error, cuando era al revés. Pienso seguir quejándome y haciendo lo que pueda, porque no debo cambiar nada de mí, yo no estoy mal hecha. 

En mi día a día, cuando estoy paseando con mis amigos me tengo que separar de ellos para acceder a, prácticamente, cualquier edificio, o me tienen que coger en brazos, ya que la entrada principal no suele estar adaptada. 

Cuando tenemos que realizar prácticas en clase en la Universidad, me tengo que adelantar y escribir a la profesora: Disculpe, voy en silla de ruedas, ¿existe alguna barrera para llegar al lugar donde realizamos las prácticas? En esa ocasión, ella me ayudó a acceder a la clase pero, en el aula, la mesa era demasiado alta. “Si hubieras avisado…”, fue su respuesta.  Creo que tengo el mismo derecho a llevar una vida estudiantil normal.

La cuestión no es que el mundo ponga soluciones temporales cada vez que una persona con movilidad reducida lo pueda necesitar. Debe haber un cambio estructural basado en la accesibilidad. En este caso, el aula debería haber estado adaptada sin tener que preguntar al igual que mis compañeros. 

Desde que tengo memoria, he tenido que planificar mi ruta, desde ir a comprar a la tienda, ir a clase, hasta viajar. La gente capacitada nunca tendrá estas preocupaciones. ¿Por qué debo tomar mi tiempo para ver si está todo accesible? Debería tener la tranquilidad de saber que cuando llegue a un lugar nuevo, estará todo adaptado, porque tengo los mismos derechos que los demás capacitados. 

Por todo lo mencionado, dirijo mi propuesta a los políticos de las Cortes de Castilla y León, ya que estudio en Salamanca y vivo en Ávila: ¿Por qué no tienen en cuenta la accesibilidad a la hora de legislar? ¿Cómo plantean lograr una adaptabilidad real de las infraestructuras existentes? 

Firma y comparte, necesitamos 500 firmas para que los políticos nos respondan. #AccesibilidadUniversal

Enviada por
Irene Torregrosa Irene Torregrosa
530 de 500 Apoyos
12.03.2021

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