Hola, soy Erika Nataly Montes Patiño y he sido revictimizada por las autoridades del Centro de Justicia de Atención para las Mujeres en Jalisco, tras haber denunciado violencia intrafamiliar y sustracción de mi hija en 2019.

Tras 8 años de una relación donde el padre de mi hija me violentaba en febrero de 2019 tomé la decisión de separarme, en abril comenzamos a vender los muebles y en los días que ya estábamos terminando de vender las cosas, comenzamos a discutir, él amenaza con quitarme a la niña a lo que yo me opuse, me golpeó y se llevó a la niña. Yo corrí tras de ellos y en la calle volvió a golpearme, por lo que vecinos se dieron cuenta y llamaron a la policía. Mi ex pareja dejó a la niña y huyó. 

La policía me llevó al Centro de Justicia de Atención para las Mujeres y ahí comenzó una carrera interminable de faltas de respeto hacia mi y mi hija, primero porque desde que llegamos con el médico para realizar la denuncia, el trato fue muy malo, frío, sin considerar la perturbación que aún tenía de la violencia que acababa de pasar junto con mi hija. El médico ni siquiera me veía a los ojos. Nunca me revisó. 

Sin ahondar más en mi caso y con lo poco que me preguntaron determinaron que yo no podría cuidar sola a mi hija, por lo que me ofrecieron de la manera más déspota ir a un refugio, diciéndome que ahí permanecería encerrada y sin posibilidad de salir, cuando esta es una opción que se brinda para salvaguardar la seguridad de las mujeres en situaciones como la que yo estaba enfrentando, con un daño psicológico muy grande en ese entonces. 

Ante las dudas que me causaba “estar encerrada” en el albergue decidí decirle al padre de mi hija que él tendría que salir de casa para que mi pequeña y yo pudiéramos tener un lugar donde vivir, él accedió y por el momento todo parecía haber cambiado para bien, acordamos que la vería por un momento durante los días, y fue en uno donde salí a comprar mercancía para vender porque ahora sí podría trabajar, que le dije si podría estar con la niña, él aceptó pero al cabo de la noche me comenzó a mandar mensajes de que no volvería a ver a mi hija por haber terminado la relación, además de amenazarme y obligarme a dejar la casa. 

Acudí a denunciar la sustracción de mi hija ante las autoridades y su respuesta fue “vaya usted a recogerla, así como él se la llevó” argumentando que como nuestro proceso de separación aún no se llevaba por vías legales y por lo tanto el tema de la custodia no era claro aún a quién de los dos pertenecía, ellos no podrían hacer algo al respecto. 

En algún momento intenté verla, pero la familia del padre de mi hija llegó a violentarme físicamente. Tras un año sin tener el apoyo de las autoridades, comencé a hacer público mi caso en redes sociales y así fue que supe de las pésimas condiciones en las que tenían a mi hija, así que un día me organicé con amigos, familiares y conocidos y me la llevé de ahí. 

Mi hija presentaba severos daños físicos por descuido, a tal grado que por una herida en uno de sus ojos que no se le atendió, perdió el 50% de visibilidad. El padre de mi hija solo me pedía dinero anteriormente para poder verla, era evidente que no estaba preocupado por el bienestar de ella. 

Acudí a las autoridades a denunciar como había recuperado a mi hija, además de presentar toda la serie de amenazas que recibí por parte de su padre. He conseguido las medidas de protección y estamos en vías de llevar a cabo el divorcio, la pensión, así como la guardia y custodia, sin embargo en la primera audiencia no se ha presentado y no entiendo como es que ante las severas amenazas de muerte que he recibido no solo para mi sino para mi hija, en el actual contexto de violencia machista que vivimos en México, las autoridades agilizan este proceso para salvaguardar la integridad de mi hija y mia. En este contexto, y con la firme convicción de tejer redes de apoyo entre madres que pasamos por esta situación, he recibido apoyo y acompañamiento del colectivo del que formo parte: Cam-Cai.

Es por eso que por esta petición que lanzo a través de Osoigo solicito a las autoridades que actúen con perspectiva de género y con la debida eficacia y protección que merecemos las mujeres que nos encontramos en esta situación, que frecuentemente e

La mayoría de nuestros casos tienen antecedentes de violencia intrafamiliar, es indignante que aún con estas denuncias que en un principio son sin ninguna consideración a la perturbación con la que denunciamos se nos trate de manera digna, ni mucho menos como antecedente para darnos el derecho de tener la guardia y custodia de nuestros hijos.    

Por favor, ayúdame a firmar y a difundir esta campaña por todos sus grupos-contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si consigo 500 apoyos, esta pregunta llegará al Senado de la República, los cuales me tendrán que dar una respuesta en esta misma web. 

Muchas gracias