Mi nombre es Miguel y quiero compartir mi historia de retraso en el diagnóstico. Llevo años luchando para que me ofrezcan respuestas y lo único que he obtenido han sido más dudas, incertidumbre y sufrimiento.

Tras varias infecciones, acudí a los médicos, que me hicieron varias pruebas, pero el resultado era siempre el mismo: que todo estaba perfecto.

Desde que comenzó todo mi camino para poder obtener un diagnóstico he perdido casi 40 kilos y la situación ha ido a peor.

Ahora convivo con el dolor y el sufrimiento y siento que no se me está escuchando desde el ámbito sanitario.

Pese a haber visitado ya varios especialistas, únicamente me han comentado que todo se debe a problemas de salud mental.

Siempre he tenido claro que el diagnóstico no es el correcto, pero no me escucharon, y todo este camino está siendo muy duro.

Es por ello que pido una mejora en los protocolos de diagnóstico. Me gustaría reivindicar que no se deje abandonados a los pacientes y que les proteja.

Desde el ámbito sanitario se debe hacer todo lo posible para que se pueda encontrar un diagnóstico para las personas que todavía no han obtenido respuestas sobre lo que les ocurre.

Continúo buscando respuestas, desde el ámbito sanitario únicamente me ofrecen una pastilla cuando acudo por una urgencia.

Estoy viviendo un infierno, y me gustaría que pudieran ofrecerme una respuesta que finalmente me haga ver una mejoría a los síntomas y el dolor con el que convivo.

Necesitamos que se mejoren los protocolos de diagnóstico, de derivación a los especialistas y de coordinación entre los distintos niveles sanitarios.

¿Cuándo se mejorarán los protocolos de diagnóstico? ¡Apóyame para que ningún paciente esté sin diagnóstico!