Mi nombre es Mercedes y he atravesado por un cáncer de mama. Mi historia empieza hace un año cuando me detecté en la mama derecha, en el lateral hacia la axila, un bulto que se podía palpar. Yo siempre he sido muy estricta con mis revisiones, así que llamé a mi ginecólogo para que me lo miraran inmediatamente. No esperé a mi siguiente revisión.

Tengo un médico muy ágil y en el mismo día me hizo mamografía y ecografía mamaria. En ese momento se trataba de un fibroadenoma de aproximadamente unos 7 o 8 milímetros. Se me recomendó hacer autoexploración para observar si había modificaciones en su tamaño y un control a los seis meses, ya que no había sospecha de malignidad.

Meses más tarde, haciendo deporte, noté en el movimiento del brazo que el bulto había crecido mucho. Era muy palpable y como tenía la intuición de que podía ser algo malo, aunque deseaba que no lo fuera, volví a control. El bulto había crecido y contaba ya con 2 cm de diámetro.

En estos diagnósticos, la agilidad y la rapidez son fundamentales, por lo que mi médico quiso operarme la semana siguiente. Era muy difícil conseguir quirófano porque había muchas cirugías atrasadas por la COVID, pero para él, llevar a cabo la intervención era prioritario y lo hizo en una sala de partos.

Enviaron la extracción a análisis anatomopatológico, y ya no era un fibroadenoma sino un carcinoma maligno de origen hormonal. Tres de cuatro cánceres de mama que se diagnostican son de origen hormonal. Mi tumor estaba ya en estadio dos, a pesar de la rapidez con la que me atendieron. Por ello, es muy importante hacer hincapié en el diagnóstico precoz y ágil. 

Me hacen una segunda cirugía para explorar la zona donde el tumor había sido localizado, por si se hubiera expandido, acompañado de la extracción del ganglio centinela. Por suerte todo dio negativo. 

La agilidad y la detección a tiempo de mi tumor, me salvaron la vida y lograron que esté rápidamente libre de cáncer. Como me lo diagnosticaron con 43 años, se consideraba que era muy joven para tener este tipo de carcinoma y los protocolos oncológicos dictan que se debe hacer quimioterapia y radioterapia adyuvantes, es decir de carácter preventivo para la eliminación de cualquier posible célula cancerosa y evitar un futura reincidencia de la enfermedad. 

Conozco a compañeras de este camino que, desde que les dan el diagnóstico hasta que las operan, pasan meses. En el cáncer de mama cada minuto cuenta. Tenemos unos profesionales excelentes en la sanidad pública, pero la falta de recursos económicos hace que los tiempos para el tratamiento del cáncer de mama sean muy largos, y tampoco hay igualdad ante el acceso a dichos tratamientos.

Hay pueblos y localidades en España que no cuentan con acceso a radioterapia, por ejemplo y esto debería ser algo vital. 

Le quiero pedir al  Parlamento de Cataluña que invierta más recursos económicos para la detección y el tratamiento del cáncer de mama. Que esa detección sea temprana, que los tiempos de espera sean cada vez más cortos , los equipos de mamografía y radioterapia, actualizados, y que por favor, todos los pacientes tengan acceso a su tratamiento sin tener que desplazarse de su ciudad.