Pregunta para Asamblea de Madrid

Mi nombre es Mel Domínguez y soy una persona extremadamente delgada. ¿Por qué no se llevan a cabo talleres y charlas informativas en institutos y colegios que traten sobre la aceptación de la diversidad corporal?

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Mel Domínguez Pregunta de Mel Domínguez

Mi nombre es Mel Domínguez y soy una persona extremadamente delgada, una condición que sólo afecta a mi aspecto físico, pero que no viene motivada por ningún problema de salud, algo que la gente de mi alrededor ha tenido problemas para entender desde el colegio, y que me ha causado muchísimas situaciones incómodas y de acoso.

Recuerdo que, cuando tenía diez años, en el colegio nos seleccionaron a mí y a una compañera para llevar las flores en una ofrenda a la virgen que el centro organizaba. Cuando lo anunciaron, uno de mis compañeros dijo delante de toda la clase que mis brazos eran tan delgados que se partirían al coger el macetero que contenía las flores, a lo que la clase respondió con una risa conjunta.

 En ese momento me di cuenta de que mi cuerpo no era normativo, y nació en mí una gran inseguridad.

Durante mi adolescencia, acabé convencida de que mi delgadez era algo negativo que tenía que cambiar, aunque no afectara para nada a mi salud, simplemente por no entrar dentro del canon; probé con batidos de carbohidratos, dietistas, intentaba comer lo más calórico que encontraba, aunque fuese comida basura… 

Pero no lograba ver ningún cambio, hasta que por fin entré en razón y caí en la cuenta de que debía aceptar y querer mi cuerpo en lugar de tratar de cambiarlo por la opinión de los demás.

Se debe normalizar que todos los cuerpos son válidos, y visibilizar el daño que puede suponer para la autoestima de una persona una opinión sobre su aspecto físico sin venir a cuento, y eso es algo que empieza en la educación.

Por eso, quiero dirigir esta campaña a los políticos de la Asamblea de Madrid para proponerles llevar a cabo talleres y charlas informativas, en institutos y colegios, que traten sobre la diversidad corporal y la aceptación de nuestro propio cuerpo y el de las personas de nuestro alrededor.

Al igual que se dedican algunas horas lectivas a material externo al ámbito escolar, como la educación vial, creo que sería un gran paso trabajar en la destrucción de estereotipos estéticos desde el colegio, favoreciendo a la salud mental de los alumnos y reduciendo el riesgo de desarrollar complejos e inseguridades que se arrastran de por vida. Tener un cuerpo con más o menos peso no tiene nada que ver con estar sano. 


Quienes apelan a la salud para criticar el aspecto físico de los demás, lo utilizan como mera excusa, ya que a mí nadie me dijo jamás que mi alimentación era nociva y que debía parar, aun atiborrándome de comida basura y bollería industrial (incluso me alentaban a que continuara comiendo esas cosas para ver si engordaba), mientras que a mis amigas con sobrepeso las miraban mal si se comían un dulce, alegando que se lo decían por salud. No es necesario preguntarse qué me habrían dicho esas personas de haber comido lo que comía pero teniendo sobrepeso.

La aceptación de los cuerpos, independientemente de su peso, es una asignatura pendiente en nuestra sociedad que debe empezar a erradicarse desde la infancia y la adolescencia, para evitar que se desarrollen comportamientos nocivos durante el resto de nuestras vidas. 

Firma y comparte la campaña para que los políticos nos escuchen.

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