Me llamo Marta, soy de Artà (Mallorca) y soy nutricionista y farmacéutica especializada en salud femenina. Estudié la carrera de farmacia en Barcelona y, cuando terminé, me fui a vivir a Almería para trabajar en una farmacia. En aquel momento me puse a estudiar nutrición a distancia y finalmente, cuando acabé la carrera, decidí dedicarme exclusivamente a la nutrición, ya que mi enfoque hacia la salud es diferente al que suele tener el campo de la farmacia.

Empecé a pasar consulta en nutrición y, como veía que el 95% de mis pacientes eran mujeres y que muchas hablaban de desajustes hormonales o patologías que necesitaban ser tratadas, decidí ir especializándome en la salud de la mujer, es decir, en salud hormonal femenina.

Uno de mis objetivos es hacer entender a mis pacientes que la alimentación no solo sirve para ganar o perder peso, sino que también puede ayudar a mejorar su salud, a sentirse sana, e incluso mejorar ciertas patologías. Mi intención es dar a conocer un enfoque no tan pesocentrista.

Las mujeres deberíamos tener unas bases para conocer nuestro ciclo menstrual. Debemos entender que somos cíclicas, que vamos cambiando, así como nuestras necesidades. Por supuesto, la alimentación también tiene un papel muy importante en este sentido, y es importante tenerlo en cuenta para saber cómo podemos encontrarnos mejor, tener menos molestias o dolor y más energía.

Para tener estas bases, es imprescindible que las adolescentes tengan acceso a una educación menstrual de calidad, que vaya más allá de lo que nos enseñan en biología. La menstruación sigue siendo un tema tabú, un tema incómodo, algo de lo que muchas se avergüenzan, especialmente las adolescentes, y se debería hablar de este tema como algo natural.

Ante esto, quiero dirigirme a los miembros del Parlamento de las Islas Baleares, ya que soy de las Baleares y son mis representantes en dicha cámara, para que se fomente la educación menstrual en los colegios, especialmente para las alumnas de educación secundaria. Una de las medidas podría ser impartir talleres interactivos para resolver dudas e informar de una forma más dinámica.

Si desde jóvenes entendemos qué pasa con nuestros cuerpos, nos puede dar muchas ventajas para entender cómo somos, qué necesitamos en cada momento, e incluso prevenir problemas en el futuro, como la infertilidad.

Desde las consultas se tiende mucho a dar píldoras anticonceptivas para cualquier problema de la salud femenina. No es que esté en contra, pero sí creo que no se debería presentar como la única opción. Si como pacientes ya venimos más informadas al respecto y conocemos los pros y contras de las diferentes opciones, seremos más libres a la hora de escoger qué hacer con nuestro cuerpo.