Pregunta para Cortes Valencianas
Hola, me llamo Marta y quiero que se aumenten la cantidad y la calidad de las pruebas para la detección temprana del cáncer



Soy Marta, tengo 23 años y padezco linfoma de Hodgking, o lo que es lo mismo, un cáncer que afecta al sistema linfático. Este fue mi regalo de Papá Noel, ya que me lo detectaron el 24 de diciembre, en una consulta de hematología, tras haberme notado una inflamación en los ganglios.
Con una sospecha poco fundada y sin ganas de ver la realidad, llegué a pensar que estos bultos podían ser causados por mi hipotiroidismo. Pero en enero me confirmaron mis temores: el linfoma era una realidad.
Chocante, ¿verdad? Imaginaos como me sentí yo: todo mi ser una ruleta rusa de emociones, un sube y baja con la mirada observando la vida más en una escala de grises que en color.
Tras varias operaciones llegó el momento de enfrentarme a otro gigante: la quimio. Asustada pero decidida a luchar, el 27 de enero comencé este proceso y, puesta a ser sincera, no ha sido tan duro como esperaba, pese a que me haya debilitado y atado a medicamentos para poder superar las náuseas, los vómitos, etc.
En este breve espacio de tiempo en el que sigo procesando mi condición actual, lo que más me ha impactado el momento en el que tuve que congelar óvulos como recurso en caso de que en un futuro quisiera ser mamá. El hecho de ver a tantas mujeres, sobre todo jóvenes, haciendo cola delante de mí, tantas chicas a las que la vida les había asestado el mismo golpe, me conmocionó profundamente.
La realidad es que el tipo de linfoma que padezco es muy común entre las mujeres jóvenes, y, sin embargo, he podido observar de primera mano cómo la desinformación es un hecho entre las mujeres jóvenes y existen muy pocas pruebas destinadas a la detección temprana en el caso de personas jóvenes. En mi caso, hoy en día, me preocupa no conocer el origen de mi linfoma.
Por eso pido que se informe más y mejor, se de una mayor educación sobre este tipo de enfermedades desde la infancia, se realicen pruebas de detección a edades más tempranas y se destinen más fondos a investigar las causas que provocan esta enfermedad. Además, incito a valorar la investigación como la piedra angular para la futura cura de este tipo de dolencias, por lo que siempre animo a que aumente.
Por otro lado, me gustaría apuntar la necesidad real de empatía. Dejemos de tratar a las personas con un diagnóstico adverso como pobres desamparados. La compasión no es lo que necesitamos, lo que necesitamos es que nos veáis con los mismos ojos con los que miraríais a cualquier otra persona. A ratos somos fuertes, a ratos nos venimos abajo, tenemos miedo, somos fuertes, sonreímos y lloramos, como cualquiera. Somos nosotros mismos a pesar de nuestra circunstancia. Yo soy yo y no mi cáncer.