El pasado 15 de marzo el padre de mi hija Mila Ávila Domínguez, de solo 6 meses de edad, se la llevó por la fuerza y de forma violenta, mientras estábamos en el departamento en donde vivíamos, ubicado en la alcaldía Miguel Hidalgo, en la Ciudad de México. Él ya me había corrido y yo ya había decidido irme a otro lugar unos días antes, debido a que desde hace varios meses la relación ya no estaba funcionando y sus actitudes eran cada vez más violentas. El día en que se llevó a la pequeña Mila, mi expareja me dejó encerrada en el departamento con llave para poder llevarse a la bebé. Por cómo sucedieron las cosas, puedo tener la seguridad de que él ya lo tenía planeado desde antes, ya que cuando regresé de buscarlo, las laptops y sus herramientas de trabajo junto con los documentos de mi hija y de él ya no estaban.

Yo tenía más de un año viviendo con el papá de Mila, pero, a partir del nacimiento de la bebé, el 11 de septiembre de 2020, él empezó a comportarse diferente, mencionaba a veces que le dejara a la bebé. Y la situación se fue agravando con la muerte de mi madre, en diciembre, él parecía estar molesto con que yo estuviera triste y no pudiera gestionar el duelo por el que estaba atravesando, en lugar de ser un apoyo para mí, me reclamaba el hecho de no estar bien. Sus actitudes eran cada vez más violentas. Pero todo me pareció sumamente preocupante cuando empezó a poner unicel en las ventanas, porque él decía que “los vecinos nos veían”. En ese instante supe que nada de esto estaba bien.

Después de que se llevó a mi hija, fui a la casa de sus padres, en donde pensé que podrían darme alguna información, pero la casa de ellos ya estaba vacía. Los vecinos me han dicho que los papás llevan el mismo tiempo desaparecidos que mi hija, y que lo único que dijeron es que se irían con su hijo y la bebé. Yo fui ya a la delegación para levantar el acta, y también una denuncia por violencia en contra de él en la Fiscalía de niños, niñas y adolescentes de la Ciudad de México. Solo que se han negado a activar una alerta Amber y yo llevo ya más de 22 días sin saber nada, ni una sola cosa de mi bebé. 

Las autoridades no avanzan lanzando esa alerta Amber porque mencionan que es el papá quien la tiene, aunque se la haya llevado de esta forma violenta. Me dicen que no pueden hacerlo porque es el padre. 

Es por eso que he decidido comenzar esta campaña aquí en Osoigo, para pedirles a nuestros representantes políticos que me ayuden a recuperar a mi bebé, que apelen por resguardar su salud emocional, física y psicológica, que hagan lo necesario para que regrese a casa. Por favor, ayúdame a firmar y a difundir esta campaña por todos tus grupos y contactos de WhatsApp y redes sociales. Si consigo 500  apoyos, esta pregunta llegará a políticos de distintos partidos del Senado de México, los cuales me tendrán qué dar una respuesta en esta misma web.

¡Muchas gracias!