Pregunta para Región Metropolitana de Santiago

No nos dejaron visitar a mi abuelo hasta que murió en el Hospital del Salvador: ¿Por qué fueron tan intransigentes sabiendo las condiciones en las que estaba?

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Marion Serka Pregunta de Marion Serka

Mi nombre es Marion Serka Navarro y quiero realizar esta pregunta por mi abuelo, Mario Enrique Navarro Perez, quien murió el 15 de octubre a los 93 años en el Hospital del Salvador. Todo esto ha sido muy doloroso. No hemos podido hacer un duelo normal. Ahora siento mucha pena, pero también siento rabia e impotencia por una serie de negligencias del hospital. 

A mi abuelo le dio un infarto cerebral hace 8 años. Quedó semiparalizado del lado izquierdo de su cuerpo. De todas maneras, esto no le impidió seguir haciendo una vida normal. Tenía la cabeza funcionando al 100%. Se movía con silla de ruedas y caminador, pero nunca tuvo mayores problemas.

El 27 de agosto de este año, mi tata se tropezó por su mismo problema del pie izquierdo. Se le produjo una fractura de cadera. Primero lo llevamos de urgencia a una clínica, pero le pedían mucha plata para atenderlo. Era inalcanzable para nosotros. Lo trasladamos al Hospital del Salvador. Allá tuvo que esperar más de 24 horas para que lo atendieran. 

Mi abuelo estuvo un mes esperando ser operado en el hospital. Estaba quebrado, pero no lo ponían en las listas de operaciones. Nuestra familia estaba desesperada. Nos daban 0 información y nos prohibían ir a visitarlo. El protocolo Covid lo impedía. Pienso que esto fue absurdo. Podrían habernos pedido pruebas PCR y trajes especiales para poder entrar. Pero no había caso. 

Nosotros le compramos un celular especial para abuelos. Apenas pudimos hablar en cinco ocasiones. La mayor parte del tiempo estaba apagado. Pienso que las enfermeras lo dejaban así, porque molestaba menos.

Pasadas dos semanas, nuestro abuelo empezó a decaer. Lo notábamos en que balbuceaba y se le entendía menos lo que decía. Estos problemas de comunicación no los tenía antes. Es evidente que la soledad lo afectaba. 

Una vez, hablamos con una enfermera que nos dijo que nuestro tata se sentía abandonado.  A nosotros esto nos dejaba muy tristes. En ningún momento lo dejamos de ir a ver. Siempre estuvimos en el hospital, intentando entrar, intentando que supiera que estábamos junto a él.

Mi mamá intentó que la dejaran entrar al hospital. Quería darle la mano y decirle que estábamos todos junto a él. Pero ni para eso le dieron permiso. Nosotros sabemos que en otros recintos si estaba esta posibilidad. No entendemos por qué acá fue distinto. 

Todo esto sucedía mientras esperaba turno para operarse. Decían que no había donadores de sangre, que no había camas en la UCI ni en la UTI.  Luego de tres avisos en falso, nos dijeron que podían hacer la intervención quirúrgica. Finalmente, mi abuelo se operó el 29 de septiembre.

Al día siguiente, le encontraron un absceso cerca de la zona del a cirugía. El doctor dijo que le había entrado una bacteria intrahospitalaria. Nosotros quedamos impactados. ¿Cómo podía suceder esto si había protocolos tan estrictos por el Covid?

A partir de ese momento, mi tata empezó a sufrir. Le daban antibióticos y medicamentos fuertes para el dolor. El 14 de octubre, una doctora llamó a un tío para decirle que nuestro abuelo estaba delirando. Le aconsejó que lo fueran a retirar del hospital.

Al otro día, se juntaron los tres hermanos para ir al hospital. A mi mamá la llamó el doctor y le dijo que nuestro abuelo estaba desahuciado. Que no podían seguir ningún tipo de tratamiento paliativo. Que nuestro tata ya no sentía nada. 

Finalmente, los tres hijos firmaron un papel para sacarlo. Esta firma fue bajo la presión impuesta por los médicos. Sentimos que los doctores querían sacarse un problema de encima. Entre la pena, angustia y desconocimiento, ellos firmaron. Ni siquiera nos quisieron dar su historial médico o un certificado de defunción. Mi abuelo falleció el 15 de octubre.

Todo esto ha sido muy doloroso para mi familia. Nosotros confiamos en el hospital y llevamos a una persona que estaba bien, sin problemas de salud. Nos devolvieron un cadáver. 

A mí me da mucha tristeza pensar que mi abuelo murió pensando en que lo habíamos abandonado. También me da mucha rabia e impotencia que nadie se haga cargo. Que nadie nos haya ayudado como corresponde.

Queremos dejar en claro que no estamos en contra de los protocolos para prevenir el Covid-19. Creemos que es importante seguir cuidándonos. Nuestro reclamo tiene que ver con la falta de humanidad que vivimos y las soluciones que pueden existir para que nadie más pase por esto. Que los protocolos se ajusten según la realidad del paciente y de sus familias. Que nadie más quede abandonado. 

Nosotros no queremos recibir ningún beneficio económico de esto. Solo queremos respuestas. Tenemos la certeza que a otros abuelos y a sus familias les ha pasado lo mismo. Por eso queremos preguntarles a las autoridades del Hospital del Salvador y a las autoridades sanitarias del país: ¿Por qué fueron tan intransigente sabiendo las condiciones en las que estaba mi abuelo? ¿Qué fue lo que le hicieron en el hospital? ¿Cómo no hay medidas más humanitarias para los familiares?

¡Necesitamos que nos ayuden! Si conseguimos las firmas necesarias, esta pregunta llegará a las autoridades y nos darán una respuesta. ¡Firma para que nadie más tenga que pasar por tanto dolor!

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Pregunta dirigida a: Región Metropolitana de Santiago

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