Pregunta para Parlamento de Andalucía

Lidia es una niña alegre, una maestra de la vida. Ese tipo de persona que todos necesitamos cerca para ser felices. ¿Cuándo se dará cuenta la sociedad de que hay seres maravillosos que no conocemos porque priorizamos su discapacidad?

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Los padres de Lidia Pregunta de Los padres de Lidia

Hay gente que las llama `personas vitamina´ por la buena energía que dan, por llenarte de ánimo y hacerte sentir mejor cuando estás junto a ellas, más positivo, entusiasta. Y nosotros como padres, nos sentimos orgullosos de tener a una de esas personas en nuestra vida como testigo de nuestro de amor, nuestra hija Lidia.

Muchos ven en ella a “alguien” muy especial, que es ella quien nos cuida a nosotros y no al revés como se suele apreciar. Porque esa mirada está hecha desde el corazón, apreciando en ella su inocencia, la que la hace disfrutar de cada momento viendo solo el lado positivo de las cosas. 

Lidia, a pesar de tener muy poca autonomía y dificultades en el lenguaje, lo entiende todo perfectamente, y disfruta estando rodeada de gente, que la hablen, que se dirijan a ella y que la traten con tanto cariño. Aunque no siempre sea así, porque muchos priorizan sus dificultades perdiendo la oportunidad de conocerla. 

Es por este motivo por el que nos animamos a contar nuestra historia. Para romper con todos esos estereotipos que ponen una etiqueta de negatividad a la diversidad. La que les impide ver que detrás de esas dificultades, hay personas maravillosas llenas de valores y enseñanzas, que nos hacen recordar la importancia de vivir el ahora, y no el ayer ni el mañana.

Aún con muchas dificultades, nos sentimos honrados con el rol de padres de una niña con diversidad funcional, y queremos dar visibilidad y normalidad a estas personas únicas, que la sociedad excluye ante la más minina diferencia porque parecen no estar preparada por falta de educación y ante todo empatía.

El saber ponerse en el lugar del otro, y no menospreciar que la discapacidad te pueda llegar a alcanzar en cualquier momento. Es ahí cuando te das cuenta de las numerosas barreras arquitectónicas que presenta el entono, de que el ocio que no tiene en cuenta la movilidad reducida, del daño que provoca aparcar en sitios preferentes sin necesitarlo, y de que las verdaderas amistades suelen ser pocas, convirtiendo a los demás en meros conocidos. 

Por no mencionar el desconocimiento y soledad en el que te sumerge la administración pública, cuando quieres hacer valer los derechos de tú hijo para mejorar su calidad de vida. Sentenciando su evolución, prioritariamente, a los recursos que solo se pueden aportar desde la economía familiar. Nos hacen invisibles jugando con la desinformación, y siendo las propias familias las que nos damos a conocer unas a otras, las prestaciones que existen para mejor el desarrollo de nuestros seres queridos. 

Por eso ante tanta desidia. Personas como Lidia, son las que nos hacer disfrutar de lo importante de la vida, nuestra “Maestra de vida”. Ella es la que mejor se lo pasa en una actividad extraescolar, la que más aplaude, ríe, es la alegría personificada de lo contenta que puede estar. Le encanta nadar entre delfines y el agua, en donde sus dificultades parecen desvanecerse, graba videos para Youtube en los que le encanta verse y que nos sirven para estimularla mientras se divierte. Ella siempre está feliz, aun estando enferma, y es una chiquilla obediente, de paciencia infinita, y con un control de sus impulsos admirable que más de uno necesitaría tener. 

La fortaleza de nuestra niña es única, por eso enamora y tiene tanto que enseñarnos. A sus 12 años, Lidia sigue trabajando en sus terapias, adora a sus tatis (sus hermanas) y a nosotros, nos sigue haciendo felices como el primer día, siempre con su sonrisa por bandera. 

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