Me llamo Lola y vivo en Cantabria. Aunque me hago revisiones ginecológicas todos los años, un día esporádico me noté un bultito en el pecho y decidí acudir, de manera extraordinaria, al médico. Allí, expliqué a los profesionales sanitarios que me atendieron que tengo antecedentes en la familia por parte de padre de casos de cáncer de mama. De entrada los médicos no le dieron demasiada importancia, ya que me indicaron que cuando se trata de antecedentes por parte de padre no suele haber tantas probabilidades de heredarlo, pero pasaron los días y me detecté un bultito nuevo.

Entonces ya se encendieron las alarmas. Después de hacerme una mamografía, me indicaron que padecía un cáncer de mama. Tenía un tumor que medía 6 cm y dos tumores satélite. Des del principio mi oncólogo me indicó que con el tratamiento que me harían me curaría, y yo me aferré a esto. La quimioterapia hizo que el tumor desapareciera y solo quedaron pocos milímetros de rastro tumoral que terminaron desapareciendo con la mastectomía radical que me practicaron. Después de la intervención recibí un tratamiento de radioterapia. Actualmente me hacen revisiones rutinarias y estoy a la espera de que me hagan la reconstrucción; de momento llevo expansor.

Aunque la primera sesión de quimioterapia fue muy dura, los médicos ajustaron el tratamiento a mis características y a partir de entonces fue mucho mejor. He podido llevarla bien. Lo mismo con la radioterapia, evidentemente que he sufrido cambios en la piel, pero con el seguimiento que me han hecho no he sufrido algunos de los efectos secundarios que otras mujeres padecen.

Estoy muy agradecida con el trato que he recibido por parte de todos los médicos, tanto a nivel profesional como a nivel personal. Aun así, el proceso de enfermedad me ha hecho percatar de que hay carencias. No entiendo como puede ser que mediante la Seguridad Social no se hagan mamografías rutinarias a mujeres que tienen menos de 50 años. Tampoco comprendo por qué no se impulsan campañas para fomentar las autoexploraciones. Es por esto que me dirijo a los políticos del Parlamento de Cantabria, ya que son quienes me representan, para que me respondan, concretamente, ¿por qué no se hacen mamografías rutinarias hasta los 50 años y tampoco se impulsan campañas para fomentar las autoexploraciones?

En la misma línea, considero que hay que incidir en la información que se da a la sociedad sobre el cáncer para naturalizar la enfermedad. Es una patología complicada, pero esta al orden del día y es importante incidir en su visibilización. Es necesario, finalmente, desde mi punto de vista, seguir apostando para la investigación del cáncer y para garantizar, a todos los pacientes, una detección precoz o como mínimo temprana para hacer más llevaderos los tratamientos y para aumentar las probabilidades de superarlo.