Pregunta para Parlamento de Catalunya
¿Cuándo se nos van a proporcionar ayudas que nos permitan hacer frente al enorme gasto de los productos sin gluten? ¡No es justo que tengamos que pagar precios desorbitados debido a la enfermedad, sin ningún tipo de ayuda!
Mi nombre es Lidia y soy celíaca. La celiaquía es, según la definición de la Asociación de Celíacos de Cataluña, “un trastorno multisistémico de base autoinmune permanente en individuos genéticamente predispuestos, inducido por la ingesta de gluten que provoca una atrofia de las vellosidades del intestino delgado que afecta a la capacidad de absorber los nutrientes de los alimentos”. En mi caso, fui diagnosticada a los 13 años y desde entonces no puedo tomar nada que contenga gluten en mi dieta diaria.
El ser celíaca implica muchas más cosas que simplemente privarse de alimentos. Limita mucho nuestras relaciones sociales a la hora de comer fuera o viajar, implica seguimientos médicos o nos supone un gasto económico muy elevado a la hora de hacer la compra. Aunque es de conocimiento general que los productos sin gluten son más caros que los demás, poca gente se para a observar la diferencia desorbitada de los precios. Estamos hablando de diferencias de más de dos o tres euros por una barra de pan o por un paquete de macarrones.
La situación es grave porque implica que tengamos que destinar una mucha mayor parte de nuestro salario que el resto de los ciudadanos en nuestra alimentación, simplemente por la enfermedad. Además, en un contexto en el que la inflación ha encarecido los precios en general, nos vemos aun más afectados.
A pesar de que hoy en día no se nos ofrezca ninguna solución directa al precio de los alimentos, desde el Estado se deberían tomar medidas para que podamos hacer frente a los gastos que la dieta sin gluten conlleva. Tanto ayudas directas, como cheques de compra, fijar precios máximos, o tener descuentos especiales podrían ayudarnos.
Existen países en Europa que sí ofrecen ayudas de este tipo a sus ciudadanos celíacos. ¿Por qué aquí no tenemos absolutamente nada? Nuestra correcta alimentación no debería depender del grado de ingresos que se tengan como persona o familia. Se trata de una enfermedad no un capricho. Y la dieta sin gluten es nuestro único tratamiento.
Por ello, y con todo lo plasmado, quiero dirigirme a los representantes del Parlamento de Catalunya para que tomen medidas al respecto y nos ayuden a hacer frente al gasto desorbitado que supone para nosotros comer una dieta apta a nuestra condición.
¡La situación no puede seguir así!
Agradezco desde aquí la difusión y el apoyo a esta campaña.