Hola, soy Leire y llevo años enfrentando una serie de problemas de salud que no tienen un diagnóstico claro ni definitivo. Mi cuerpo presenta múltiples afecciones que, aunque afectan profundamente mi bienestar, no siempre son visibles a simple vista, al igual que el daño emocional que me causan.

Es decir, una gran incertidumbre, frustración y, en muchas ocasiones, un sentimiento de soledad, porque la sociedad y algunos profesionales no entienden o no creen en la gravedad de lo que padecemos cuando nuestras enfermedades no dejan huellas evidentes, ya que la falta de reconocimiento y comprensión puede hacer que nos sintamos invisibles, como si nuestras dolencias no importaran o como si estuviésemos exagerando.

Así, lanzo esta petición para que los prejuicios y estereotipos que existen en torno a las enfermedades invisibles desaparezcan y para que se nos trate con mayor empatía. Sin la validación de nuestro malestar, lo único que aumenta es nuestro sufrimiento y dificultad en que podamos acceder a un apoyo real y efectivo.

Por ejemplo, en mi caso, muchas veces he tenido que explicar que, aunque no se vea nada externo, mi cuerpo sufre y que necesito comprensión y paciencia. En ocasiones, he sido malinterpretada o he sentido que no me creen, lo que solo agrava mi malestar emocional. Pero sé que no soy la única. Hay muchas personas que enfrentan situaciones similares, y por eso quiero hacer un llamado a la sociedad, a los profesionales de la salud y a las instituciones para que reconozcan la realidad de quienes vivimos con enfermedades invisibles. Necesitamos que los médicos muestren más empatía, que escuchen sin prejuicios y que se comprometan a investigar más allá de los síntomas evidentes.

La atención humanizada, el acompañamiento emocional y la comprensión son fundamentales para que podamos sentir que no estamos solos en esta lucha. La medicina no solo debe centrarse en tratar síntomas, sino también en entender el impacto que estas condiciones tienen en nuestra calidad de vida y en nuestro bienestar psicológico porque nos enfrentamos una realidad compleja y en constante cambio. 

La invisibilidad de nuestras enfermedades no significa que no suframos o que no necesitemos ayuda. La visibilidad, el respeto y la empatía hacia estas condiciones invisibles ayudarán a reducir los prejuicios, a eliminar el estigma y a crear un entorno más solidario y comprensivo para todos.

Confío en que, con mayor conciencia y sensibilidad, podremos vivir con dignidad, esperanza y la certeza de que no estamos solos en esta lucha. La búsqueda de respuestas continúa, y con el apoyo adecuado, podemos seguir adelante con la fuerza y la resiliencia que nos caracteriza. ¡Ayúdanos a conseguir el cambio con tú apoyo!