Soy Karla Flores, cuando mi hijo Emilio nació, su papá, quien era entonces mi pareja, y yo nos separamos. Él no volvió a nuestras vidas y dejó de hacerse cargo del niño. A los 5 años regresó y me pidió verlo y convivir con él. Esa fue la primera vez que se llevó a mi hijo fuera de su hogar y de mí, sin mi consentimiento y escondiéndolo con ayuda de su familia. Se lo llevaron durante un mes completo. Logré recuperarlo y me dieron la custodia provisional, también se estipularon como acuerdo que hubiera visitas en los meses de verano. Pero la pandemia del coronavirus hizo que durante el 2020 fuera imposible hacerlas. Mi expareja se llevó nuevamente a mi hijo Emilio, que tiene actualmente 9 años de edad, y después de un mes de agotar mis recursos, energía y paciencia, las autoridades no me han hecho caso ni me han ayudado a recuperar a mi hijo. ¿Cómo es posible que se le dé la custodia a un padre que durante los primeros 5 años de vida del hijo no se apreció?

El pasado 25 de abril, en Huamantla, Tlaxcala, mi hijo se fue en una de esas visitas con su papá y sus abuelos. Cada que Emilio estaba con ellos cambiaba mucho su actitud, yo siempre tenía la sensación de que ejercían cierta manipulación sobre él para que no quisiera volver conmigo. El 2 de mayo fue la última vez que yo pude hablar y comunicarme con él. Días después supimos que el niño se encontraba en el estado de Puebla, en donde ni el ministerio público, ni la policía de investigación han hecho nada. 

He presentado todos los documentos y recursos para poder tener de vuelta a mi hijo, pero no pasa nada. El padre de él me ha puesto una orden de restricción por violencia, un cargo por el que no se me ha hecho ningún peritaje ni estudios ni nada, solo me han dicho que no puedo acercarme a Emilio.

Ninguna autoridad ha movido algo para poder localizar a mi hijo. Han accedido, a regañadientes, hacerme una ficha de desaparición ante la propia negativa por parte de las autoridades de Tlaxcala de activar una Alerta Amber, porque consideran que no hay ningún peligro al estar mi hijo con su padre. La primera vez que se lo llevó, cuando tenía 5 años, mi expareja sobornó a autoridades del estado de Puebla para que le dieran la custodia. 

Ante la falta de respuesta, la indiferencia de las autoridades, y el tiempo que se me está haciendo perder haciendo documentos innecesarios y procedimientos que nada tienen que ver, pienso que el papá de mi hijo ha recurrido nuevamente a sobornos. ¿Por qué se permite que la corrupción lastime los derechos fundamentales de las niñas y los niños de este país?. Al testimonio mío y de mi hijo Emilio, lo ha acompañado la Asociación Niños con MaPa.

Yo lo único que pido es volver a recuperar a mi hijo Emilio. Y es por ello que lanzo esta campaña, para pedir a las autoridades del Congreso de Tlaxcala que escuchen mi voz y legislen en favor de las niñas y niños que estén en situaciones parecidas a la de mi hijo. Creo que entre todos podemos ayudar: si recogemos 500 firmas en esta petición, los representantes políticos me responderán en la página de Osoigo. Y difundamos este testimonio con nuestros contactos de WhatsApp y redes sociales, para que muchas personas lo puedan respaldar.

¡Muchas Gracias!