Soy Julio Valdivia, parte del grupo libertario Ñuble X El Cambio. Creemos en la autogestión de las oportunidades que nuestra dignidad merece, y una de nuestras inspiraciones es la lucha del pueblo Mapuche.

Antiguamente había una ley de Extranjería que decía: fomentamos la migración europea para mejorar la raza. Lastimosamente, creerse superior a otros seres humanos es parte del ADN de Chile, aún existe xenofobia y racismo hacia el pueblo Mapuche, cuando ellos han estado acá toda la historia. Antes de hablar de Chile, esta tierra ya tenía nombre en mapudungún. 

Con la conquista de España se desató una guerra que hasta el día de hoy no termina. Están invadiendo su territorio, sembrando monocultivos, y quienes luchan por sus derechos, tierras y el medio ambiente son criminalizados, se les lleva a juicios con falta de evidencias para sustentar las acusaciones, siempre hay represalias, abuso de poder, y bajo la dinámica el meter las armas, militarizar su territorio y estar al choque, no se entiende el objetivo de eso. También han existido montajes como la Operación Huracán, falsificando pruebas.

Además la prensa también criminaliza. La forma en la que se comunica en las noticias cuando ocurre alguna acción de sabotaje legítima, estigmatiza. Hay un libreto que empieza en los grupos de poder político y económico, y termina replicándose en los medios de comunicación en los horarios en que las familias toman once frente al televisor.

Me gustaría que quienes están en posición de cambiar esta forma de operar nos respondan: ¿Por qué el Estado chileno militariza un conflicto que es netamente político por la tierra que le pertenece hace cientos de años al pueblo originario Mapuche?

Ojalá que haya un capítulo en la Constitución sobre la autonomía de los pueblos, que sea tan abierto como el que tiene México y se ha aplicado en el municipio de Cherán, del estado de Michoacán, eso sería muy importante para solucionar este conflicto.

Ayúdanos con tu apoyo para que nos respondan en la página de Osoigo, y avancemos para que en Chile se respete a nuestros pueblos originarios, sus costumbres y derechos.
 

En referencia a la imagen: Proyección lumínica de Lonko Lloncon

La historia del Lonko Naguilef Lloncon del sector Williche de Llongahue en el año 1907, nos cuenta de qué manera le fueron arrebatadas sus tierras. Por caridad, le dio permiso al winka Abel Peña para que hiciera una casa cercana a su ruka, ya que él estaba muy mal, tenía familia y se habían hecho cercanos. Con el tiempo el Lonko le pidió las tierras de vuelta, ya que no se estaba respetando el acuerdo inicial que era temporal, pero él dijo estar dispuesto a pagar un arriendo. Fueron entonces a Valdivia a firmar una escritura, como Lloncon no sabía hablar en español fue con alguien que se manejaba mejor. Cuando le cobró a Peña el arriendo, él se rió y dijo que no le debía nada, ya que en la escritura decía, que Naguilef Lloncon, lonko (Cabeza política de una comunidad) de Llongahue se reconocía como inquilino de Abel Peña, propietario del fundo Calafquen, a donde pertenece su reducción. 

A punta de engaños y malos tratos se quedaron con todo, amparados en las leyes winkas. Así nace gran parte del latifundio en Chile, y a pesar que han pasado más de 100 años, la justicia aún no llega y esta historia se sigue repitiendo.