Pregunta para Senado de México

Llevo 8 años tratando de recuperar a mi hijo Alatz. Necesito que las autoridades mexicanas me escuchen, revisen el expediente y hagan lo mejor para él. Un padre no debería nunca ser privado de ver y de convivir con sus hijos.

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Juan José Manzana Pregunta de Juan José Manzana

Soy Juan José Manzana, y desde hace 8 años que estoy pasando por un proceso interminable, pesado, agotador, para poder ver a mi hijo Alatz Manzana Larrea, a quien no he podido abrazar desde que tenía 3 años de edad, cuando su madre desapareció con él y no me permitió volverlos a ver ni saber en dónde y cómo se encuentran. Él ahora tiene 11 años. Estoy intentando hacer todo lo que la ley me permite para poder reunirme con él.

“Alatz” es un nombre de origen vasco que significa “milagro”. Decidimos nombrar a nuestro hijo así porque fue un sobreviviente desde que llegó a este mundo. Nuestra unión duró algunos años, hasta que se hizo insostenible y yo solicité el divorcio en 2011. Siempre fui muy unido con mi hijo, nunca me hubiera imaginado siquiera que pasarían tantos años sin poder verlo, sin poder hablar con él, sin saber en dónde está. 

En septiembre de 2013, mi expareja desapareció y se llevó consigo a nuestro hijo. Ese mismo año descubrí que le había cambiado el nombre a Alatz Patricio Navarro Larrea, con documentos alterados directamente en el Registro Civil de Naucalpan. Con este proceso totalmente ilegal le tramitaron a mi hijo también un pasaporte con ese nuevo nombre y un juez le aprobó también a mi expareja la solicitud de la visa americana. Todo esto, con conocimiento del cambio irregular en los documentos de mi hijo. 

El caso terminó en Matamoros, Tamaulipas, en donde mi expareja comenzó otro juicio. Ahí, las autoridades han protegido a la madre de mi hijo. En 2014 se activó una alerta migratoria para evitar la salida de mi hijo por cualquier frontera de México, pero lamentablemente la corrupción en Matamoros fue superior. 

En 2015 se activó una Alerta Ámber por sustracción para poder buscar a Alatz, pero fue rápidamente desactivada, pues mi expareja se presentó con la Directora de personas desaparecidas, la Dra. Berenice Ambros, quien  canceló la alerta, porque, según su criterio, no le parecía que se tratara de una sustracción, ya que el niño estaba con la madre.

Durante el caso, han pasado 8 jueces, 3 de ellos solo en los últimos 10 meses. Yo he tenido más de 15 de abogados distintos que solo han querido aprovecharse de la situación para sacar el máximo beneficio posible. He tenido que salir de México, porque durante parte del juicio fui interceptado por dos coches cerca de mi domicilio, y supuse que mi integridad estaba en peligro. He tenido que empezar de cero, para poder seguir con este procedimiento legal, para poder recuperar a mi hijo.

Él, ahora, en teoría está al cuidado de la madre. Pero esto no es garantía de su bienestar. Primero, porque a ningún padre o madre deberían de privarlos nunca de estar cerca de sus hijos, y ella lo está haciendo. Lo que yo he escuchado de las evaluaciones psicológicas que se le han hecho, es que mi expareja no es apta para cuidar de él. 

Por todo esto, y después de 8 años de una lucha que parece no tener fin, lanzo esta campaña de difusión, para pedir a las autoridades del Senado de México que escuchen mi voz y legislen en favor de las niñas y niños que estén en situaciones parecidas a la de mi hijo y a la mía. Creo que entre todos podemos ayudar: si recogemos 500 firmas en esta petición, los representantes políticos me responderán en la página de Osoigo. Y difundamos este testimonio con nuestros contactos de WhatsApp y redes sociales, para que muchas personas lo puedan respaldar.

¡Muchas Gracias!

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