Kaixo Javi

La pregunta me ha llegado 2 días mas tarde de finalizar las fiestas, para ahora la respuesta sobre qué se va a hacer ya se sabe, aun así a día de hoy no hay nada reversible sobre el tema vaquillas o toros en Eibar, pues no hay una decisión en firme.

Te puedo contar que los grupos municipales nos encontramos renovando una ordenanza sobre la convivencia con animales que data de los años 90 y es necesario actualizarla, entre otros puntos llegará el momento de tener que afrontar este tema definitivamente, la decisión de no tener vaquillas, toros, la burra Pantxika, el tiro pichón en Arrate o el ganado expuesto en la feria de San Andrés. La decisión de no tener vaquillas ni toros este año viene dada por una petición de Irabazi de eliminar este tipo de actividades, eso sí, esa decisión se tomó por mayoría dentro del ayuntamiento.

Yo desde luego lo tengo claro, las instituciones públicas deben de ser conscientes de cuál es el entorno social que les rodea y deben tomar las decisiones en consecuencia. Si bien es cierto que hay mucha gente favorable a tener vaquillas en fiestas, también es cierto que cada vez un mayor espectro de la sociedad aboga por ir eliminando aquellas actividades donde los animales sean susceptibles de sufrir. Este como muchos otros, es un tema que genera mucho debate y antes de que el debate público encalle debe ser solucionado democráticamente, para ello existe una herramienta eficaz a mi entender que no es otra que la consulta popular, como ya se hizo en su día en Zestoa, entonces la mayoría de personas que tomaron parte en la consulta sobre los toros decidió que se celebrasen. Al contrario en Donostia parece que la ley no ha permitido llevar a cabo un proceso sino igual, similar y con el mismo objetivo (desconozco todos los detalles que puedan diferenciarlos).

En el caso de Eibar, creo que se ha perdido una buena oportunidad para hacer una consulta, aunque la ordenanza municipal no la recoja, espero que en un futuro no muy lejano el debate en Eibar lo solucionemos  con una consulta en la que todas aquellas personas que sientan el debate como propio tomen parte sin ninguna cortapisa de ninguna ley.