Hola, soy José Francisco Silgado y vivo en Bosa, Bogotá. El 29 de noviembre de 2020, mi hijo, José Luis Silgado Escamilla, de 16 años, salió de nuestra casa para nunca más volver. 

Ese día, antes de salir a trabajar, hablé con José Luis pues estaba enfermo. Para cuando regresé, aproximadamente a las 11:00 p.m., él ya no estaba. Con mi esposa salimos a buscarlo y tratamos de contactarlo por celular, pero, nunca más tuvimos contacto con él.

Al día siguiente, mi hija y el primo de José Luis fueron al Bienestar Familiar y a Medicina Legal para que nos ayudaran a dar con el paradero de mi hijo y traerlo de nuevo a su hogar. Aunque me asignaron dos investigadores, nunca he recibido llamadas de ellos o algún indicio de una búsqueda activa o interés por mi caso.

Cuatro meses después de su desaparición, una de mis hijas recibió una llamada al parecer era José Luis, quien solo dijo: “Mi hermana”, y colgó inmediatamente. Para cuando llamamos de vuelta, el número estaba desactivado. Pese a que las autoridades tienen la información de esta llamada desde ese entonces, aún no se ha avanzado en nada.

Una de mis mayores preocupaciones es que para esa misma época, en un barrio cercano, desaparecieron 3 o 4 niños más, todos en situaciones muy similares. 

Con los videos que hemos obtenido por medio de los vecinos, sabemos que José Luis estuvo en un asadero con el primo tipo 7:00 p.m. el día en que desapareció, y recorrió ciertas cuadras del barrio; sin embargo, en un punto ya no hay cámaras y perdemos su rastro.

Por otra parte, los agentes de la SIJIN asignados por Medicina Legal, recolectaron otros videos para seguir el rastro de mi hijo, pero son de pésima calidad, y al pedirles a ellos que utilizaran la tecnología del Estado para poder mejorar la imagen, solo responden que no hay nada que se pueda hacer al respecto.

He sentido que mi familia y yo estamos completamente abandonados por el Estado. Prueba de ello es que ni siquiera me han dicho qué hacer con los videos, sino que únicamente me los dejaron en la casa y nunca más me han contactado.

Estoy profundamente indignado al ver la indiferencia del Gobierno con nuestros niños, adolescentes y jóvenes, que desaparecen en situaciones extrañas  y ni siquiera se toman el trabajo para encontrar su paradero.

Si usted es padre o madre, puede entender cuan desesperados estamos por saber de nuestro hijo y tener la esperanza de volver a verlo. Hemos intentado que varios medios de comunicación nos ayuden publicando nuestra historia, pero no hemos recibido apoyo. Por eso, les pido que no solo me apoyen con su firma, sino también visibilizando mi testimonio para lograr que esto no siga sucediendo y los menores de edad desaparecidos sean una prioridad para el Estado, y sean encontrados para que regresen a sus casas.

Lo único que yo quiero es recuperar a mi hijo. Por favor, les pido que me ayuden a recolectar 350 firmas o más en Osoigo para presentar este testimonio a los políticos en el Congreso para que den respuesta. Y también para hacer ruido público y lograr que el Estado use a todas sus instituciones e implemente herramientas para encontrar a José Luis, tras un año de su trágica desaparición. ¡Muchas gracias!