Mi nombre es Johana Vílchez Gonzales, soy una madre de dos pequeños y vengo padeciendo por un cáncer de mamá que me ha puesto a prueba mi vida y la de mi familia.

Yo me hice un autoexamen en donde me detecté una pequeña bola en el seno que me generaba molestias. Recurrí a un médico particular, pero me lo trataron como mastitis, lo que agudizó el problema mientras el tumor seguía creciendo. Se hizo tan grande que el dolor fue insoportable. Yo tenía que realizarme una biopsia y tomografías, pero por la pandemia en los hospitales del Estado no estaban aceptando pacientes oncológicos, solo pacientes infectados con Covid-19. Gracias a la ayuda de familiares y amigos, recurrí a una clínica particular, pasé por un ginecólogo y un oncólogo y, finalmente, confirmaron que se trataba de un tumor maligno, en fase III.

Así empecé el tratamiento con las quimioterapias, con un costo muy elevado, ya que seguía llevándolo en el lado privado. Todos mis amigos y familiares se pusieron en contacto y empezaron a hacer donaciones para poder llevar el primer ciclo de quimioterapias. Mi esposo también empezó a hacer actividades y rifas. Hemos recibido donativos de microempresarios. Todo para llegar a recolectar lo necesario para el tratamiento.

Es así que hasta mayo de este año he podido cumplir con las quimioterapias, pero ahora para continuarlas necesito una cantidad de dinero mucho más elevada, por lo cual hasta el día de hoy no me las he podido realizar. Mi sistema inmunológico empezó a bajar, tuvo efectos sobre mi columna. No he podido continuar, el doctor decidió que suspendiera mis quimioterapias. La endocrinóloga también me descubrió pre diabetes producto del tratamiento. Me mandaron a seguir una dieta orgánica y estricta, además de cara.

Actualmente, fui a un centro quiropráctico y me dijeron que tengo 8 vértebras desviadas. No puedo salir de cama y estoy esperando recuperarme para poder continuar con el tratamiento del cáncer. Nadie me quiere hacer radioterapia mientras tenga estas patologías existentes.

Hasta el día de hoy sigo tratando de ser atendida en los establecimientos de salud del Estado, pero la respuesta es la misma. Me han puesto en una lista de espera interminable, donde muchos pacientes oncológicos se esfuerzan por llegar con vida hasta cuando les toque la atención. El cáncer es una enfermedad devastadora, si no te mueves por un tratamiento, estás condenado

Es por eso que inicio esta petición de la mano de Osoigo Perú. Yo quiero seguir con mi tratamiento, quiero estar mejor y sentirme mejor por mis hijos, por mi familia, pero siempre me están poniendo trabas. Yo quiero que esa atención que se nos ha prometido a todos los pacientes de cáncer no sea letra muerta y que puedan fijarse en mi caso, que es el caso de muchas otras personas en nuestro país. Cáncer es sinónimo de muerte para muchas personas. Prácticamente te dan por muerto y la ayuda no es mucha. El temor está latente.

Para ayudarme, solo tienes que firmar esta campaña. Si logramos reunir 300 firmas, las autoridades tendrán que escucharme y resolver esta situación lo más pronto posible. Solo tienes que dar click en “APOYAR” y compartir con tus contactos de redes sociales. ¡Cada firma nos acerca a nuestro objetivo! Mi familia y yo te estaremos agradecidos.