Pregunta para Diputació de Valencia
¿Qué ejemplo les estamos dando a los niños y niñas cuando un hombre que recurrentemente se masturba en público no recibe ningún tipo de sanción?



Me llamo Inma, tengo 38 años. Soy administrativa y modelo publicitaria. Con el tema del modelaje he tenido que enfrentarme a situaciones que si hubiese sido hombre habrían sido muy distintas.
Cuando era adolescente no era tan consciente del acoso callejero cuando me piropeaban o me decían frases machistas porque lo tenía como asumido. Era lo “normal”. Pero cuando empecé a nutrirme en el tema de ser consciente sobre qué es lo correcto y que no, me di cuenta de todo lo que tenemos que afrontar por el hecho de ser mujeres.
Con el tema el modelaje, en el momento en el que hice la primera sesión de fotos en lencería tuve un bombardeo continuo de fotógrafos que solo querían sacarme fotos vestida de lencería. Me di cuenta de la hipersexualización que arrastramos y decidí negarme a todas las propuestas.
El acoso callejero ahora tiene más visibilidad y está peor visto. Hace unos años recuerdo que iba a comprar y los comentarios sexuales hacia las mujeres eran algo continuo en parques, calles y, sobre todo, obras. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer y es precisamente la educación, la clave para del problema.
Lamentablemente, como la gran mayoría de chicas he vivido varios episodios de acoso callejero muy desagradables. En la playa, concretamente. El primero fue hace 10 años cuando un hombre se masturbó enfrente de mí. Me puse muy nerviosa porque no sabía qué tenía que hacer, en esos tiempos no teníamos información.
La segunda vez fue hace unos años cuando yo me puse en la parte de las dunas de la playa de El Saler para leer un rato después del trabajo y un hombre se puso cerca de mi y de espaldas al sol. Me pareció muy raro y conforme observaba su postura vi que sin ningún problema se empezó a masturbar. En ese momento ya sabía que tenía que grabar y hacer fotos para poder presentarme ante la policía para que te hicieran algo de caso.
Lo más fuerte es que hace dos semanas volví a otra zona de la playa de El Saler y me lo encontré. Entonces, si encima son personas reincidentes por qué no se toman medidas, yo no soy un caso aislado.
En las dos ocasiones he sido yo la que me he tenido que levantar y amenazar con llamar a la policía. Afortunadamente todo terminó ahí, aunque me daba miedo irme al coche sola por si salían detrás de mí. En este sentido creo que la proposición de Ley Sí es Sí es un gran paso para las mujeres, porque yo quiero salir a la calle y sentirme segura.
Las niñas deben aprender qué tienen que hacer ante estas situaciones y saber con qué herramientas de protección cuentan. Tienen que saber que las mujeres tenemos derecho a protestar y decir que esa persona no es nadie para opinar sobre el cuerpo y que la mentalidad de que el hombre es el macho, el que tiene que pavonearse y seducir tiene que acabar. Es imprescindible educar desde pequeños en el respeto, la igualdad y la empatía.
En el colegio estos temas deben de tratarse de manera obligatoria para hacer ver que esas conductas son totalmente ofensivas e imperdonables. Tanto niñas como niños deben aprender a poner los límites sobre su cuerpo, sexualidad y sus derechos. El trabajo de los padres, madres y colegios dentro de la lucha contra el acoso callejero es clave para conseguir una educación igualitaria y no discriminatoria por cuestiones de sexo.
Yo como mujer muchas veces me pregunto ¿Cómo voy a denunciar cuando esa persona que se supone que me tiene que proteger le quita hierro al asunto? Necesitamos más mujeres porque si tu primera toma de contacto es la policía y te encuentras con que no hay mujeres y los hombres que hay no empatizan contigo, hay un problema. Creo que es necesario que haya un equilibrio de género y que los profesionales también reciban formación para estar sensibilizados frente a temas como el acoso callejero.
Sigue habiendo una mentalidad muy antigua que defiende que como es un hombre se la puede tocar mirando a la chica porque ella es la culpable al haber ido en tanga a la playa. Yo he tenido que sufrir esa frase, pero la verdad es que no somos responsables de que haya mentes enfermas que hipersexualicen cualquier rasgo femenino y encima justifiquen sus acciones. Somo libres de vestir y mostrar nuestro cuerpo sin tener que dar explicaciones, por ello quiero preguntar a los políticos de la Comunidad Valenciana qué ejemplo y educación les estamos dando a los niños y niñas cuando un hombre que recurrentemente se masturba en público no recibe ningún tipo de sanción.