Pregunta para Senado de México
Soy Guadalupe Muñoz, mi hermano Giovanni tiene autismo y he vivido las dificultades por las que ha pasado porque no hay inclusión ni conocimiento sobre ese trastorno. Pido a las autoridades que trabajen para que eso cambie.
A mi hermano Giovanni lo diagnosticaron con autismo cuando tenía 3 años de edad, pero fue hasta los 9 años cuando empezó a convulsionar y cuando comenzaron las dificultades en general en su desarrollo y en su vida y convivencia con los demás. Él y yo hemos estado varias veces en las mismas escuelas, al principio podíamos llevarlo a una escuela regular, pero a partir de que empezaron las convulsiones tuvimos que buscar un centro educativo más adecuado para él.
Tuvimos que darnos tiempo para hacerle estudios y nos dijeron que Giovanni tenía un quiste en el cerebro, lo que le provocaba, además, que no hablara bien. Cuando ese proceso terminó tratamos de reintegrarlo a una escuela nuevamente, pero no pudimos hacerlo. Nos decían que no podían aceptar a mi hermano porque tenía una discapacidad y después de mucho tiempo Giovanni volvió al Centro de Atención Múltiple (C.A.M.), en Tijuana. Giovanni sabía leer, las tablas, sumar, restar, pero hubo un retroceso cuando empezaron sus convulsiones, que son mucho más graves de lo normal, se les conoce como tónico-clónicas de “gran mal” que incluso provocan que se quede sin aire. Afortunadamente, hace dos años que Giovanni no convulsiona, y eso nos tiene muy tranquilos.
Sin embargo, este recorrido que hemos hecho con él, como familia, ha estado lleno de obstáculos y de una falta de comprensión total no solo por parte de autoridades e instituciones, sino de parte de las personas que nos rodean. Es inevitable ver cómo a mi hermano se le mira mal porque tiene 17 años, es muy alto, pero sus preferencias y gustos son como las de un niño más pequeño. La gente lo mira de forma extraña y prefiere alejarse. En los lugares públicos es difícil cuando mi hermano desea ir al baño, porque por seguridad siempre lo acompaña mi mamá, y esto causa problemas. En algunos lugares se supone que hay baños familiares, pero estos nunca están abiertos o están fuera de servicio.
Cuando éramos pequeños fui testigo del acoso escolar al que varios niños lo sometían, o de la indiferencia de padres de familia y de profesores ante su condición. Cada que queríamos ayudar a que su calidad de vida mejorara nos topábamos con obstáculos. Giovanni era un discapacitado a ojos de unos, y para otros no. Él no pudo entrar en una escuela regular porque tiene discapacidad, pero cuando quisimos optar por un apoyo del Gobierno, no consideraron al autismo como discapacidad. Creo que esto demuestra que no hay todavía información suficiente para la gente con respecto a este padecimiento.
Giovanni participó en un concurso de modelaje convocado por un grupo de ayuda. Esto le ha ayudado mucho a sentirse parte de algo, y ha resultado una experiencia muy buena para todos. Creemos que si hubiera más cosas como estas en nuestro país, que fomentaran la inclusión y la empatía, la calidad de vida de mi hermano y de personas como él, aumentaría muchísimo. Por eso he iniciado esta campaña, para pedirles a nuestros representantes políticos del Senado de la República, que fomenten e inviertan en la inclusión de personas con autismo en nuestro país.
Por favor, ayúdame a firmar y a difundir esta campaña por todos tus grupos y contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si consigo 500 apoyos, esta pregunta llegará a políticos de distintos partidos del Senado de la República, los cuales me tendrán qué dar una respuesta en esta misma web.