Buenos días Gorka:

Desde el nacimiento de Ciudadanos y de UPyD siempre he sido partidario de una fusión total de ambos partidos. He seguido con mucho interés la información sobre las sucesivas negociaciones y contactos entre UPyD y Ciudadanos.

Ambos partidos (Ciudadanos y UPyD) han nacido en las dos comunidades autónomas (Cataluña y País Vasco, respectivamente) donde el nacionalismo es más hegemónico, poderoso, radical, doctrinario y problemático.

Hubo un momento en que Ciudadanos era un partido implantado sólo en Cataluña, donde tenía sólo 3 diputados autonómicos, pero carecía de estructura y tirón electoral en el resto de España. Mientras tanto, en aquel momento UPyD era un partido nacional fuertemente implantado con represetación en el Congreso de los Diputados, el Parlamento Europeo, el Parlamento Vasco, la Asamblea de la Comunidad de Madrid, la Junta General del Principado de Asturias y buenas perspectivas en otras comunidades como Valencia, Galicia o Andalucía. Menos en Cataluña donde UPyD siempre obtuvo unos resultados electorales nefastos.

En aquel momento la dirección e UPyD (de Rosa Díez y Carlos M. Gorriarán) negaba que Ciudadanos y UPyD ocuparan el mismo espacio político y compitieran por el mismo votante. UPyD se negaba a negociar con Ciudadanos. Y en aquel momento el principal argumento era que UPyD era un partido único y nacional y que la única posibilidad era la fusión total de ambos aprtidos, y se negaban a redondo a hacer coaliciones en Cataluña repitiendo la expeeriencia del PSOE con el PSC o del PP con UPN en Navarra.

En mi opinión aquel momento fue la gran oportunidad de oro perdida para UPyD de unirse a Ciudadanos. Porque en aquel momento la posición política hegemónica o dominante ahora era de UPyD, y no de Ciudadanos, y una fusión habría supuesto como resultado que UPyD absorviera o integrara a Ciudadanos.

Además, en la siguiente y última negociación entre ambos partidos (a finales de 2014, cuando Ciudadanos ya era un partido con implantación nacional, dos eurodiputados, y sobre todo excelentes perspectivas electorales fuera de Cataluña), las condiciones de la dirección de UPyD eran las contrarias: ahora sí a coaliciones electorales y no a una fusión. Por tanto, el argumento esgrimido con anterioridad por Rosa Díez y Gorrairán como excusa para no negociar Ciudadanos era una mentira burda.

Ahora mismo, la situación se ha invertido. Ciudadanos es un partido fuertemente implantado en España, con representación parlamentaria en el Congreso de los Diputados, el Parlamento Europeo, el Parlamento de Cataluña, la Asamblea de la Comunidad de Madrid, el Parlamento de Andalucía, las Cortes Valencianas y la Junta General del Principado de Asturias. Mientras UPyD es un partido en regresión, que sólo conserva representación parlamentaria en el Parlamento Vasco.

Por otra parte, las perspectivas electorales para Ciudadanos en el País Vasco parecen no ser muy buenas. Y probablemente tampoco para UPyD. Y los otros dos viejos y grandes partidos constitucionalistas (PP y PSOE) tampoco.

La situación política en Cataluña, con un indpendentismo declarado es preocupante. Pero la perspectiva de lo que puede suceder en el País Vasco si UPyD o Ciudadanos no logran un buen resultado (y el PP y PSOE tampoco), puede ser catastrófica para el País Vasco y para España.

Me gustaría conocer su postura sobre un intento la nueva dirección de UPyD dirigida usted de tender la mano a Ciudadanos para fusionar ambos partidos. Ahora, la posición política hegemónica o dominante es de Ciudadanos, y no de UPyD. Por tanto, en la situación actual, esto supondría que Ciudadanos absorviera o integrara a los que queda de UPyD.

En mi opinión los partidos políticos no deberían ser una finalidad en sí mismos, sino instrumentos al servicio del país. Y creo sinceramente, que por el bien de España sigue siendo necesario una fusión total de ambos partidos.

Muchas gracias. Un saludo