Pregunta para Parlamento de Catalunya

Han pasado más de 30 años desde la desaparicicón de mis hermamos Dolores e Isidro. ¿Se comprometerán a seguir buscando a mis hermanos hasta encontrarles?

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Mis hermanos Dolores e Isidro Òrrit Pires -17 años ella, 5 años él- desaparecieron la noche del 4 al 5 de septiembre de 1988 del hospital Sant Joan de Deus de Manresa, en el que estaba ingresado Isidro. Habíamos perdido a nuestro padre hacía una par de meses y nuestra madre, María, con 14 hijos, se vio obligada a ampliar su jornada laboral con distintos trabajos para garantizar el sustento de toda la familia. La noche de la desaparición, María pidió a Dolores que fuese al centro hospitalario para pasar la noche con Isidro, que estaba ingresado para que los médicos le tratasen unas anginas. Isidro fue tratado con penicilina, pero al ser alérgico sufrió una reacción. El personal del centro asegura que vio a los dos menores por última vez a las once de la noche, y que a eso de las seis de la mañana se apercibieron de su ausencia.

A la mañana siguiente, la Policía se presentaba en el humilde piso de la familia Orrit, una vivienda ubicada en la Fábrica Roja del barrio de Sant Pau, a las afueras de Manresa, para indagar por el paradero de ambos. Pero en ningún caso estaba programada ninguna intervención para aquel día 5. Las gafas de ver de Dolores aparecieron sobre la mesilla de noche de la habitación del hospital, junto con las mudas de ropa que había llevado a Isidro, y ella casi no podía ver sin las gafas para corregir su astigmatismo. En 1988 el Hospital Sant Joan de Deus no disponía de fichas de control de entradas y salidas ni de cámaras de seguridad, cómo sí ocurre hoy.

Cuando María, la madre, acudió alarmada al hospital, ¿cómo es posible que nadie le pudiera dar ninguna explicación sobre el hecho de que sus dos hijos se hubiesen esfumado durante la noche y nadie viese ni escuchase nada extraño? Los responsables del centro no quieren hacerse responsables, y lo cierto es que nunca más se ha vuelto a saber nada de Dolores e Isidro.

Tras la correspondiente denuncia en comisaría, los agentes peinaron todo el centro hospitalario, habitación por habitación, y recorrieron cada palmo de las calles adyacentes. También interrogaron a médicos, enfermeras y personal administrativo, sin dar con la más mínima pista para poder resolver la desaparición de Dolores e Isidro. Acudieron a Valencia para atender la llamada de una mujer que aseguraba haber visto a los niños, pero regresaron con las manos vacías. Tampoco sacaron nada en claro tras investigar una serie de llamadas misteriosas recibidas por nuestra madre, a lo largo de todo un día, en las que el interlocutor guardaba silencio durante un rato antes de colgar el teléfono.

Más de 30 años después, todas las gestiones realizadas por la Policía y por un detective privado que se ofreció a indagar el caso de manera gratuita han resultado infructuosas. Nadie vio nada y no se ha podido hallar ni una pista sólida que conduzca al paradero de Dolores e Isidro. María, dice que hace mucho tiempo que los investigadores dejaron de interesarse por este caso y ha realizado varios llamamientos desesperados a diversas instituciones catalanas para que le ayuden a saber qué ha sido de sus hijos. Hoy tendrían 47 (ella) y 36 (él) años de edad. La familia seguimos luchando sin descanso contra el tiempo, el olvido y, las muchas preguntas y responsabilidades que quedan por resolver. 

Por todo ello hacemos llegar esta pregunta al Parlament de Catalunya, para que no se olviden de mis hermanos y se pongan todos los medios necesarios hasta dar con ellos. Gracias por vuestro apoyo.

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Pregunta dirigida a: Parlamento de Catalunya

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