Somos Susana y Arturo, padres de Josepha Romero, adolescente de 16 años que murió en el Hospital Regional de Arica “Doctor Juan Noé Crevani, producto de lo que consideramos fue una negligencia médica.

Josepha tenía 16 años, era nuestra princesa. Hermosa, muy inteligente, buena lectora, buena amiga e hija, tenía tantos sueños que ellos le arrebataron. Tenía muchas cualidades, no merecía morir tan joven ni que la trataran como lo hicieron en ese hospital.

Nuestra hija fue diagnosticada hace dos años con un trastorno de personalidad limítrofe, por el que se mantuvo siempre con tratamiento psicológico y psiquiátrico, los que parecían ser efectivos pues no presentaba episodios de crisis complejos. Sin embargo, el 2 de julio sufrió una crisis psicótica, lo que no había ocurrido nunca.

A pesar de que contábamos con isapre, en Arica no había convenio para atenderla, por lo que debimos acudir al hospital público de la región. Nuestra hija Josepha entró a urgencias y determinaron que debía hospitalizarse en la unidad de psiquiatría, donde no podíamos verla por las restricciones de la pandemia, a lo que se sumaba restricción de visitas por su estado de salud. 

La única información que recibíamos era por parte de la psicóloga que nos comunicaba varias veces a la semana cómo evolucionaba nuestra hija. Al verse avances en su estado de salud, lo que incluso consta en la ficha clínica, cuando se requirió una cama en el servicio de psiquiatría decidieron liberarla llevando a mi hija a la unidad de pediatría, en el quinto piso del hospital.

Este cambio se hizo sin consultarnos como padres, simplemente se nos comunicó cuando ya se había hecho. Yo manifesté que no correspondía ese cambio, y sabía que por lo cerrado de ese espacio del hospital mi hija no se iba sentir bien ahí.

Luego los informes positivos sobre la salud de mi hija continuaron. Sin embargo, la misma semana en que ella murió se me permitió comunicarnos por teléfono para calmarla, ya que ella quería recibir su alta. Pensando en su salud le pedí que se quedara, confiando en el tratamiento que recibía en el hospital. Luego se me volvió a comunicar que estaba bien y pronto sería dada de alta. Pero al otro día, todo cambió: me llamaron para decir que mi hija había muerto tras lanzarse desde el quinto piso del hospital.

Tras su muerte se está llevando adelante una investigación por parte de la Fiscalía para determinar si existió negligencia médica en su caso, pues Josepha se encontraba bajo el cuidado de un hospital público a la hora de morir. Ellos debían protegerla y ayudarla a mejorar, sin embargo, ocurrió todo lo contrario.

Por eso le preguntamos a las autoridades pertinentes: ¿Cuándo se esclarecerán las negligencias médicas en el Hospital de Arica y harán cambios para que no se repitan?

Necesitamos saber qué pasó con nuestra hija, pues una testigo nos ha dicho que la vio correr hacia la puerta por la que se lanzó sin siquiera ser contenida por el personal del hospital, es decir, la dejaron actuar sin cuidarla en ningún momento, sin intentar evitar su muerte. Necesitamos también saber por qué se realizó el cambio de pabellón de psiquiatría a pediatría, a pesar de que no se encontraba todavía recuperada. 

Lamentablemente, tras lo ocurrido, nos hemos enterado de que nuestro caso no es el único. En 2018 y a inicios de 2021 también murieron otros jóvenes en situaciones similares en el Hospital de Arica, pero las familias tienen naturalizados los malos tratos y la ausencia de respuestas ante las negligencias. Si bien sabemos que es difícil conseguir condenas efectivas por la muerte de nuestra hija no queremos que esto quede como si nada, queremos que al menos sirva para marcar un antes y un después en la atención de salud en la Región de Arica. 

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