Los trabajadores y trabajadoras de Telepizza en Alicante denunciamos unas condiciones laborales precarias que empiezan por el impago del salario mínimo interprofesional (SMI) a los auxiliares, repartidores, limpiadores y cuponeadores; y culmina con la presión de que optemos por la baja voluntaria -para ahorrarse el finiquito- tras comunicarnos el cierre de nuestra tienda, con una semana de antelación.

Soy Estefanía Marcos, trabajaba en el Telepizza situado en el Centro Comercial Gran Vía de Alicante. Durante la cuarentena, Telepizza fue de las pocas empresas que no cerró en ningún momento y siguió vendiendo comida a domicilio. Como nuestra tienda estaba ubicada en un centro comercial, tuvo que cerrar y a algunos de mis compañeros y mí nos reubicaron en otras tiendas con domicilio. Estuvimos trabajando durante los meses del confinamiento cobrando lo mismo, salario por debajo del mínimo interprofesional, y sin ningún tipo de compensación. Por ejemplo, mi sueldo era de 190 euros netos por 35h al mes. 

Los auxiliares, limpiadoras, cuponeadores y repartidores no cobramos el salario mínimo. En el año 2019 el gobierno decretó la subida del SMI. Pero Telepizza no lo pagó durante ese año, y en enero de 2020 nos pagó la diferencia de todo el año junto. Para esa actualización tuvo en cuenta lo que cobrábamos con incentivos y nos abonó la diferencia, es decir, no miró la diferencia entre lo que cobramos por hora y el SMI por hora sino que metió los pagos 'extra' -como son los incentivos-,  en el cálculo para que fuera menor la cifra que nos debían. La gente que se fue a mitad de año ha estado reclamándolo hasta mayo o junio de este año que les han pagado. En 2020 nos siguen pagando como anteriormente sin hacer la subida y en teoría regularizarán a principios de 2021 pagando atrasos el mes que decidan.

El contrato no ha variado,  de hecho, la plantilla que entra nueva sigue cobrando sin la subida y les hacen la regularización como a los antiguos. Un encargado de tienda cobra 1.100 euros incluyendo salario base, quebranto de moneda, prorrateo de paga extra y plus de responsabilidad. 

Cuando nuestra tienda reabrió, las ventas no eran las esperadas ni las mismas equiparadas con otros años. Pero existía un contrato de alquiler de 5 años, de los cuales quedaban 2 años de vigencia del contrato. Aún así, el 15 de diciembre se nos informa que todas las tiendas de Alicante menos la nuestra pasan a ser de un franquiciado. Y el pasado 23 de diciembre, en vísperas de nochebuena, nos “regalan” la noticia del próximo cierre de nuestra tienda para el 31 de diciembre

En menos de una semana nos avisan de que nos quedaremos sin trabajo ofreciéndonos dos opciones. La primera es que aceptemos una reubicación en la tienda más cercana disponible (que no sea franquicia) que se sitúa en Elche, a 27 km de la nuestra. 

Muchos de nosotros no tenemos vehículo propio. Por lo que dependeríamos de los horarios del tren. La última salida Elche-Alicante es a las 23:15h, el cierre de la tienda se realiza a partir de las 00:00h. Si algún día nos tocase cerrar tienda, no llegaríamos a tiempo, no podríamos volver a nuestra casa.

Al comentar este problema, nos “ofrecen” la segunda opción: renunciar por baja voluntaria, sin derecho a finiquito ni paro. Obviamente lo tenían todo planeado, que franquiciaran hace dos semanas el resto de tiendas y se hayan esperado hasta ahora para comunicarlo a los trabajadores, no es casualidad. De esa manera, no nos podían reubicar en nuestra ciudad y nos hacían “la súper oferta” del traslado a Elche, sin los medios necesarios para ello.

Pedimos difusión para que se nos escuche y se nos trate como merecemos. Muchos de mis compañeros dependen de este trabajo y a otros para ayudarnos con los estudios.

Por eso dirigimos esta campaña a los políticos de Alicante, como nuestros representantes. Apoya y ayúdanos a difundir