¿Por qué razón no ha aceptado usted ni siquiera la tramitación de la Iniciativa Legislativa Popular para la reforma de la Ley electoral?
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Enrique Benítez

¿Por qué razón no ha aceptado usted ni siquiera la tramitación de la Iniciativa Legislativa Popular para la reforma de la Ley electoral?


Contesto con enorme ilusión la primera pregunta ciudadana que me llega a través de la Plataforma Osoigo.com, relacionada con mi voto en contra de la iniciativa legislativa popular presentada por UPyD en el Parlamento de Andalucía para reformar el sistema electoral andaluz. Fue un voto más que claro, ya que la propuesta de UPyD sólo intentaba favorecer sus propios intereses partidistas, como intentaré argumentar, y en ningún caso trataba de mejorar ni la proporcionalidad ni la equidad del sistema electoral andaluz.

 

Para empezar, quiero decir que he leído numerosos artículos y publicaciones sobre sistemas electorales, internacionales y autonómicos. Recomiendo muy especialmente la lectura de un documento reciente (es de 2011) publicado por la Generalitat de Cataluña y titulado precisamente “Los sistemas electorales autonómicos”. Me pregunto si quienes me preguntan lo han hecho, incluso si han leído íntegramente la ILP de UPyD. Yo sí lo he hecho. Un sistema electoral debe garantizar la equidad, pero también la gobernabilidad. De ahí el establecimiento de unos mínimos de acceso para evitar Parlamentos ingobernables.

 

Pero vayamos al grano. UPyD ha hecho de la reforma a su medida partidista de los sistemas electorales autonómicos su casi único discurso en la política autonómica. Lo han demostrado en Asturias, donde un solo diputado de UPyD ha impedido que se aprueben los Presupuestos para 2014 porque no se ha reformado el sistema electoral para beneficiar sus particulares intereses partidistas. Para UPyD en Asturias no importan ni el desempleo masivo, ni la pobreza, ni la emigración juvenil, ni la crisis industrial. A ellos sólo les importa lo suyo, y han convertido su parca representación en una minoría muy minoritaria de bloqueo institucional. A los hechos me remito.

 

La ILP presentada por UPyD en Andalucía consiguió reunir 58.000 firmas. Una cantidad respetable pero muy alejada de los dos millones y medio de votos que respaldan a PSOE y PP en Andalucía, los grupos políticos que votaron en contra. Y ese voto en contra está más que justificado.

 

En primer lugar, la reforma no persigue una mayor equidad. Se hace referencia a la Ley d’Hondt y al Método Sainte-Lague, supuesta fórmula milagrosa capaz de resolver todas las ineficiencias de las fórmulas electorales. No es cierto. El teorema de imposibilidad de Balinsky y Young afirma que no hay ningún método de reparto proporcional óptimo. Por otra parte, la fórmula electoral ideal ha de ser, a la vez, fácil de entender y de calcular. El que sea fácil de entender es una condición muy importante ya que “en un sistema realmente democrático cada elector debe ser consciente y tener una idea clara de las consecuencias de su voto”. Por lo tanto, la ILP presentada por UPyD no mejora la realidad actual.

 

Por otra parte, el sistema electoral andaluz da más representación a las provincias menos pobladas, precisamente para evitar “coaliciones de intereses” de las provincias más pobladas y para integrar más en la política andaluza a los territorios con menor dinamismo demográfico. De esta manera, provincias como Almería, Jaén o Huelva tiene mayor proporcionalidad, una decisión que no beneficia a ningún partido, ya que Almería suele ser más conservadora, por ejemplo, mientras que Jaén suele decantarse más por el PSOE.

 

Pues bien, con su propuesta de reparto de adaptación parcial del sistema alemán, UPyD precisamente propone acabar con esta decisión que busca la integración territorial, para dar más peso de nuevo a las provincias más fuertes (Málaga y Sevilla), que son, casualmente, las provincias en las que UPyD consigue más apoyo ciudadano. Así que con esta propuesta UPyD dinamita una decisión consensuada de integración territorial para conseguir una evidente ventaja partidista. Se trata de vender un lobo con piel de cordero.

 

Y ya para terminar y no extenderme. Invito a todo el mundo a leer la propuesta de UPyD. Proponen una baremación de candidatos (“juicio mayoritario o mayor mediana”) en el que los electores valoran a los candidatos en listas abiertas según cinco categorías (“muy bueno, bueno, aceptable, malo, muy malo”). Un sistema irrealizable, confuso y complejo que no aporta nada a lo existente y que no mejora el sistema actual. Todo lo contrario.

 

Por lo tanto, tengo argumentos de sobra para votar lo que voté. Y voté NO muy consciente de lo que hacía. Confío en que esta respuesta sea del agrado de sus proponentes y sirva para hacer un poco de pedagogía entre tanto populismo interesado.


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Enrique Benítez
 Pregunta ¿Por qué razón no ha aceptado usted ni siquiera la tramitación de la Iniciativa Legislativa Popular para la reforma de la Ley electoral?

La aceptación a trámite de la ILP no supone un compromiso de apoyo al articulado que propone, tan sólo la disposición a discutirla. ¿No cree que 54.000 ciudadanos que han firmado se merecen más consideración?

Y yendo más allá, ¿no sería lógico que todas las ielepés que reunieran el número necesario de firmas fuesen automáticamente aceptadas a trámitación?

Enviada por
Pedro Javier Gómez Pedro Javier Gómez
116 de 50 Apoyos
12.07.2014

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