Esta pregunta me permite ir a los orígenes históricos de ambos casos, y recordar que en Escocia todo el proceso que ha desembocado en el Referéndum celebrado hoy se ha dado en llamar "Devolution". ¿Por qué? Porque la unificación de las coronas de Escocia e Inglaterra en la figura de Jaime I en 1707 hizo que el legítimo Parlamento de Escocia se disolviera, motu proprio, para integrar ambas naciones y conformar el Reino Unido. Al ser una decisión legítima, ha podido desarrollarse sin cortapisas jurídicas ni constitucionales (en Reino Unido no hay una Constitución strictu sensu) un proceso de reversión de competencias, un proceso inverso.

No es así en España. La Constitución y la Ley Orgánica 2/1980 son muy explícitos con respecto a la celebración de referendos en España. De hecho, sólo recuerdo que se hayan celebrado seis en mi territorio (Málaga): el de la Constitución Española (6 de diciembre de 1978); el que provocó la sociedad andaluza en 1980 con sus manifestaciones para evitar una España autonómica de dos velocidades (28 de febrero de 1980) y que cristalizó con el Estatuto de Autonomía para Andalucía (refrendado el 20 de octubre de 1981); el de la permanencia de España en la OTAN, tan polémico (1986); el de la aprobación de la llamada "Constitución europea" en 2005 (confieso que éste lo había olvidado por completo); y el de ratificación del actual Estatuto de Autonomía para Andalucía (18 de febrero de 2007). 

 Por lo tanto, ni existe ese pretendido "derecho a decidir" ni la legislación española actual contempla la posibilidad de celebrar un referéndum como el que plantea el señor Artur Mas. Cualquier Referéndum, incluso autonómico o local, requiere de la autorización previa del Gobierno de la Nación, y debe convocarse por alguno de los motivos que se contempla en la Constitución. Y desde mi punto de vista lo que es ilegal no debe permitirse, porque entonces se crearía un precedente muy peligroso y dañino. El camino para conseguir lo que se pretende -igual que ese debate sobre la Jefatura del Estado: monarquía o república- no es otro que cambiar la Constitución. Y la propia Constitución contempla los mecanismos para conseguir los cambios que se pretendan introducir en ella en su Título X, artículos 166-169.