Mi respuesta es sencilla: ni una cosa, ni la otra. No conozco Marinaleda personalmente pero sí que he leído muchas noticias y reportajes. Si fuese un modelo de éxito, tendría ahora diez mil habitantes, pero su población sigue estancada en torno a 2.800 personas desde hace mucho tiempo. Las ciudades o territorios de éxito aumentan su población, y no parece haber sido el caso.

Respecto a un supuesto peligro para Andalucía, no veo los motivos. Mucha gente ha salido de Marinaleda porque su Alcalde ejerce su mayoría absoluta con mucha fuerza. Ahora acaba de dimitir como Parlamentario andaluz tras una valoración positiva del Tribunal Constitucional de una Ley andaluza que proponía la incompatibilidad de alcaldes y parlamentarios, ya que la presencia de alcaldes estaba pervirtiendo de hecho la dinámica representativa. Sánchez Gordillo, amante de los focos y los medios, esperó hasta el último minuto para renunciar al parlamento, después de varios bandazos y de convocar de prisa y corriendo un Pleno municipal extraordinario el sábado 22 de noviembre por la noche. Su presencia en el Parlamento ha sido testimonial, con mucho absentismo y poca participación. Sinceramente, no creo que Sánchez Gordillo deba ser a estas alturas un modelo para nadie. Tras 35 años como Alcalde (desde 1979), quizás pudiera serlo en otro momento, con otro contexto y otras circunstancias. Pero ya no.