Pregunta para Senado de México
Somos las creadoras de El Diván Sensual, un espacio para nosotras, brindamos apoyo y acompañamiento a mujeres y adolescentes. Queremos que la salud mental y los derechos sexuales reproductivos sean vistos como una prioridad política y de salud.



El Diván sensual, un espacio para nosotras, surgió como una iniciativa para acompañar a mujeres adolescentes y adultas a través de asesorías y atención respetuosa y amorosa en cuanto a su salud mental y sus derechos sexuales y reproductivos. Somos una colectiva feminista de mujeres para mujeres. Hasta hace poco tiempo hemos empezado a trabajar para infancias, entendiendo que muchas experiencias claves en la vida adulta tienen su origen en diversos momentos de nuestro desarrollo.
Hace tres años que nosotras, 5 mujeres, creamos el Diván Sensual para dar atención a mujeres, niñas y adolescentes, en el Estado de México, pero también aspiramos a que, gracias a la tecnología y las redes sociales, podamos llegar a quienes nos necesiten en cualquier punto del país.
A nuestra página nos escriben mujeres que nos cuentan cómo ha sido su experiencia al acudir a una consulta psicológica, y que, aunque muchas veces se menciona la perspectiva de género, no se respeta y en la práctica se encuentran con maltrato. Hay muchos estigmas alrededor de la sexualidad femenina que muchos especialistas han normalizado en su práctica cotidiana al hacer juicios de valor sobre la sexualidad de las mujeres que acuden a sus servicios. Nos cuentan que se han enfrentado con comentarios sexistas, revictimizantes, gordafobia, etc.
Los casos que nos llegan son, en general, todos los estigmas y tabús de la sexualidad. Y para poder atenderlo, tenemos varias modalidades de trabajo como talleres, círculos de reflexión o sesiones en grupo. Es un espacio muy nutritivo. Compartimos experiencias y saberes, lo cual genera un trato horizontal y no vertical. Somos un grupo de mujeres que nos acompañamos en cada uno de estos procesos.
Además tenemos la psicoterapia y la consejería, donde hacemos sesiones virtuales o por chat, lo que más les acomode a cada una de ellas. En ese sentido, hemos notado que a través del chat, sobre todo en la tarde noche es el horario en que nos escriben las adolescentes; nosotras pensamos que esto responde a que ellas no tienen espacios de confianza para resolver sus dudas o inquietudes. Al escribirlo a escondidas y sin que nadie se dé cuenta proyectan la necesidad de un acompañamiento y orientación y que sean acompañadas en la resolución de sus dudas sobre el ejercicio de su sexualidad.
Desafortunadamente las niñas y las adolescentes no tienen al alcance esos espacios de confianza. Donde ellas puedan resolver sus dudas. Se supone que es información que también podrían proporcionar las escuelas, las madres, padres o tutores, pero ahí también se ve otra carencia. Hay una normalización de la violencia en la que no consideramos a las niñas, niños y adolescentes, como sujetos de derecho. Les invisibilizamos tanto que es una forma más de violencia. No se validan sus necesidades, sus gustos y sus deseos. Y cualquier propuesta dirigida para esta población ni siquiera es considerada. Trabajar con las infancias y adolescencias es un trabajo semilla que engloba conocer su contexto y su entorno familiar, pero es una gran labor que estamos dispuestas a acompañar.
La salud mental tendría que ser un derecho humano, pero muy pocas personas tienen acceso a servicios que la promuevan. Además de que la sexualidad no se ve con el enfoque del autocuidado, o del derecho al placer. También, como proyecto, nos toca enfrentarnos al estigma que tiene la palabra “feminismo”. Las personas cuestionan la calidad de nuestros talleres dirigida a la niñez y a las adolescentes por el título, por la palabra sensualidad y porque se nos ha enseñado que la sensualidad es coital y eso no es correcto.
Así que invitamos a que, quien lea este testimonio sepa que, la diferencia entre una psicoterapia normal a una feminista es que nosotras hacemos este acompañamiento desde la politización de cómo nos vivimos mujeres, sin prejuicios, con apertura a la escucha horizontal donde las mujeres son expertas en sus historias de vida, y nosotras solo acompañamos. No patologizamos la salud mental. Comprendemos procesos sociales que promueven vivencias específicas, como lo es la depresión, donde las mujeres tendemos más a ella frente a una sociedad que nos sabotea día con día, todo el tiempo. Que sepan que pueden acudir a nosotras con la seguridad de que estarán en un espacio respetuoso y amoroso, que no serán juzgadas y que nadie cuestionará su vida, su sexualidad o sus decisiones desde esa visión patriarcal.
Invitamos también a que se acerquen a nuestras actividades, talleres y transmisiones donde informamos acerca de nuestra labor. A ser parte del Verano feminista, del 19 al 30 de julio para niñas, niños y adolescentes. En donde daremos talleres sobre expresión corporal, arte-terapia, programación y sexualidad.
Por todas las necesidades cotidianas para atender a las mujeres, niñas, niños y adolescentes, es por lo que lanzamos esta campaña, para pedir a las autoridades del Senado de México que escuchen nuestras voces, que legislen en pro de la salud mental como una de las prioridades más importantes, sobre todo en un contexto tan complejo como lo es la pandemia. Creemos que entre todas las personas podemos ayudar: si recogemos 500 firmas en esta petición, los representantes políticos me responderán en la página de Osoigo. Y difundamos este testimonio con nuestros contactos de WhatsApp y redes sociales, para que muchas personas lo puedan respaldar.
¡Muchas Gracias!