Pregunta para Congreso de la República de Colombia
Que una mamá nos cante una canción, expresando la violencia que ha tenido que vivir en su comunidad, en su territorio, llore y nos diga que al cantar se sienta tranquila, nos hace preguntarnos ¿Qué estamos haciendo como país?



Cambiar las armas de juguete, por una guitarra y una expresión artística es generar una transformación social en las comunidades y territorios.
¡Hola! soy Flora Amarilla una de las integrantes del colectivo artístico- educativo Senticrearte, tengo 24 años, estudie psicología, y desde pequeña sentí pasión por hacer arte a pesar que no tuve el apoyo que me hubiese gustado tener, pues sentí que me castraron el arte desde que quise expresarlo, primero en mi familia, en las instituciones que me castigaron por dibujar en cuadernos o en pupitres; en algunos espacios me prohibieron expresar y hasta me agredieron verbalmente como físicamente por cantar, así que decidí ampliar empíricamente conocimientos de las artes como la danza, el teatro, la pintura, la música en las calles como en distintas zonas del país.
En estos espacios, tuve la oportunidad de darme cuenta de los problemas que día a día viven algunas comunidades, y me dio más motivos para hacer lo que hago actualmente, hacer una academia- colectivo de artes, llamada Senticrearte donde enseñamos arte con amor para llevarlo donde no lo enseñan.
Todo comenzó cuando puse un letrero pegado en la ventana que decía: “se dictan clases de música” y una mamá me contacto porque quería que le diera clases a su hijo quien era un chico con discapacidad que le gustaba y le relajaba la música y pintar, así que me dio la oportunidad y confianza que necesitaba para empezar. Con él inicie, pero tiempo después más niños, niñas, jóvenes como también adultos quisieron unirse a estos procesos de aprendizaje, y yo con la ayuda de mi hermano y algunos amigos que quisieron hacer parte y a quienes les agradezco por el apoyo, empezamos a crear proyectos comunitarios alrededor del arte y la cultura en diferentes contextos; algunos de difícil acceso, otros vulnerables, y donde quisieran aprender este tipo de expresiones; siendo el inicio para generar cambios en las diferentes realidades de las personas a través del arte.
Estando en los distintos territorios y en diferentes contextos, me di cuenta que compartíamos esta pasión con muchas personas de estas comunidades. Algunas de ellas eran víctimas del conflicto armado, donde cantaban para expresar todo el dolor que habían sentido por la partida de sus seres queridos y perdidas que habían tenido por culpa de la guerra. También me di cuenta que cada vez que llegábamos a un lugar o nueva comunidad existían aquellas personas que siempre querían ayudar haciendo parte de los procesos para crear desde la educación popular.
Por ejemplo, el teatro fue una de las cosas que ayudó a liberar todas las represiones del conflicto armado, entonces pude ver el arte como una re-evolución, con el poder de ayudar a transformar, dejando paz, expresión, cultura y otro tipo de herramientas que no sean las armas. Cambiar armas de juguete, por guitarras o pinceles como formas de herramientas resolución de problemas, de resignificación de juegos, de diversión, de paz fueron momentos que nos llenaron el corazón.
La escuela nació hace 4 años pero se fue consolidando hace 1 año y seguimos renovándonos queriendo conformar un colectivo donde nos juntemos cada vez más personas que se quieran sumar a esta causa, nuestro enfoque no es solo hacer y crear arte, sino hacerlo y crearlo como una manera de ayudar a visibilizar situaciones de contexto y de la historia del país. Llevando esta iniciativa a veredas, barrios o municipios donde la educación es deficiente, zonas vulnerables de Colombia y Bogotá, donde los niños y las niñas que quieren aprender y no tienen la posibilidad de hacerlo, lo puedan hacer .
Los niños han sido siempre muy creativos, recuerdo una vez que no teníamos pinturas y con ellos empezamos a pintar con elementos de su espacio como hojas, palos y demás, pues creamos historias bellas con estos.
A través del arte hemos conocido niños, que nos cuentan sus sobre su diario vivir, la relación con sus padres o amigos(as), o hasta con ellos mismos, también nos cuentan como se sienten en su casa, en su barrio, en su entorno, nos cuentan sus días más tenebrosos pero también los mas bellos, nos cuentan sus problemas pero también sus sueños y aspiraciones, lo que nos da esperanza para continuar resistiendo y luchando junto a ellos a través del arte, ha sido gratificante.
Siento y pienso que cada una de las comunidades tiene una necesidad de expresar algo que les ha pasado, algo por el cual el gobierno o las entidades no han sido garantes de sus derechos, siendo atacados, oprimidos y a veces amenazados por la lucha de una mejor sociedad por medio de estas expresiones.
Por eso lanzo este comunicado para que las entidades o personas que tienen la posibilidad de brindar garantías de educación, de salud o de exigibilidad de derechos a comunidades vulnerables, lo hagan real, con hechos, puedan dar respuesta a estas problemáticas y accionar recursos y traer además de sus palabras de aliento, traer sus manos a estos territorios para ayudarles, porque nosotros como seres humanos, como escuela y colectivo nos ponemos en sus zapatos con empatía, queriendo seguir luchando con ellos, luchar para que les respeten los derechos que les corresponden, pues al igual que todos son seres humanos que tienen una dignidad que defender y esta se consigue, no quitándoles la educación, generando memoria en su territorio y no desapareciéndola.
Puede que algunas entidades entreguen dinero a estas comunidades, pero eso muchas veces no les compra la tranquilidad y la paz que necesitan. Y menos va a devolverles a sus seres queridos que se perdieron en la guerra, sin embargo es importante que puedan ver que se les apoya no solo con dinero sino con hechos, con manos que lleven la paz, pues cada día duermen con miedo ¿Y que hace el gobierno? ¿sigue prometiendo o accionando? , he escuchado historias de mamitas que han pedido ayuda a entidades gubernamentales y les dicen que eso de las muertes, de la violencia es normal.. ¿ hasta cuando vamos a seguir normalizando la violencia? ¿acaso no no nos duelen sus muertos... o es que no nos a tocado vivirlo?
El arte es una forma de transformación social y nos gusta llevarlo a cualquier rinconcito de Colombia lo que más pueda, sí que lo haríamos con mucho gusto, pues en estos tiempos de escasez nos ha tocado llevar el arte con lo que podemos conseguir en las calles, pues no queremos ser pertenecientes a ningún partido político, ni tampoco que nos apoyen para que su campaña se visibilicé, NO. Queremos manos de humanos, queremos que las cosas cambien, queremos que se visibilicen estas problemáticas, y el que nos quiera apoyar, que de corazón lo demuestre con hechos, para que cada niña- niño en su territorio conozca más guitarras, pianos , acuarelas, danzas, cuentos, libros, teatro, pinturas, juegos y saberes, estamos seguros que si cambiamos el arte por guerra estaremos dando un gran paso como humanidad.
¡Apóyanos para seguir llevando arte con amor donde no hay educación, donde hay guerra, donde hay deshumanidad, donde hace falta que se empiecen a hacer las cosas diferentes!