Mi nombre es Franco, activista intersex y co-Coordinadore General de Comunidad Intersex Pacífico Sur (CIPS), tengo 32 años y vivo en Santiago. Soy una persona transgénero e intersexual y vivo con discapacidad neuronal y daño cerebral producto de múltiples tratamientos para una enfermedad poco conocida llamada Neuralgia al Trigémino. Soy activista por los derechos de la comunidad LGBTQ+ hace ya más de 10 años.

Hasta los 15 años viví en un contexto de violencia intrafamiliar. A los 19 fui víctima de una “violación correctiva”. Esto ocurrió luego de contarle a un “amigo” que yo era persona trans y me violó supuestamente para “hacerme mujer”. Lamentablemente esto es algo que sucede con frecuencia, especialmente con hombres trans, donde en muchas ocasiones resulta en embarazo o suicidios. Es algo que usualmente los chicos trans no se atreven a contar por todo lo que esto conlleva en la propia reafirmación personal y creo firmemente es importante visibilizarlo.

A mí se me hizo mutilación genital al momento de nacer. Nací con un micropene y con entrada vaginal, por lo que me hicieron una reconstrucción de vulva.

Entonces, me socializaron y viví como mujer, tratando de hacer un papel y ocupando un nombre que nunca sentí propio. Además, era corpulenta y tenía un desarrollo distinto del resto de mis pares, mi cuerpo no se desarrolló de manera femenina. Aguanté así hasta los 25 años, que fue cuando decidí hacer mi tránsito de género. Fue recién ahí que me enteré de todo.

Con la terapia de reemplazo hormonal, descubrí que soy una persona intersexual y lo corroboré con exámenes de cariotipo. En ese momento tenía mucho susto y, además, había poca información al respecto. Pero por primera vez en toda mi vida sentí que todo lo que me había pasado tenía sentido.

Es impresionante la cantidad de veces que se han equivocado al mutilar bebés intersexuales al nacer e imponerle el género, y esto algo que sigue ocurriendo, a las familias se les dice poco o nada y siempre relacionándolo con una patología que urge operar. Es muy importante terminar con esta situación, la genitalidad ambigua no genera ningún problema médico. Las personas intersexuales descubrirán su género a medida que vayan creciendo, tal como lo hace cualquier persona, y no es algo que se deba imponer.

Actualmente en Chile no existe legislación que regule las intervenciones médicas sobre personas intersex, solo contamos con una circular que actúa como una sugerencia y que deja la mutilación a juicio médico.

Por otra parte, nuestro país está adscrito a la OEA y con ello a la Opinión Consultiva 24/17 emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Este dictamen señala que todas las personas tienen derecho a la identidad, indistintamente de la edad, a un marcador de género no binario si así lo requieren. Hoy esto no se está cumpliendo y es muy necesario que exista esa opción en los documentos de identificación personal desde la partida de nacimiento en adelante, hasta que la persona decida por su propia voluntad cambiarlo o no.

Es por esto que hoy me dirijo a nuestres representantes políticos y autoridades, para preguntarles qué medidas pueden llevar a cabo para terminar con la mutilación genital de personas intersex y para garantizar un marcador de género no binario en los documentos de identificación de quien lo requiera. 

Para lograrlo necesito el apoyo de todes ustedes, ya que, si conseguimos 250 apoyos, esta pregunta llegará a las autoridades y políticos que nos representan, quienes me tendrán que dar una respuesta en esta misma web. Ayúdame haciendo clic en el botón “apoyar” y difundiendo, por todes quienes necesitamos que se nos respete nuestra identidad de género y simplemente nos dejen vivir tranquilos.