Mi nombre es Claudia Vecino radico en Hidalgo y mi hijo Cristian de ocho años de edad, tiene dislexia, desde tercero de preescolar me di cuenta que tenía algunos problemas de aprendizaje, sobre todo al leer y escribir. 

Cuando me percaté de los problemas que tenía mi hijo, lo consulté en la escuela particular dónde asistía y me comentaron que lo pasarían al área de psicología, le hicieron varias pruebas, incluso estudios especializados, los cuales en el hospital me dijeron que todo estaba bien, sólo una detección de problema del lenguaje.

En la escuela me sugirieron un taller de lectura con costo extra, al pasar el año escolar y al darme cuenta que no avanzaba, decidí llevarlo a un taller específico de lecto-escritura, dónde se dieron cuenta que tenía problemas de aprendizaje pero no sabían exactamente que lo ocasionaba. 

Los problemas de lecto-escritura de mi hijo fueron aumentando mientras pasaba el tiempo, sin embargo, fue hasta esta emergencia sanitaria que se me permitió trabajar desde casa, me di cuenta de qué era exactamente lo que le fallaba a mi hijo en la escuela. 

Percatándome que sí tenía un problema de aprendizaje y después de llevarlo a hacerle nuevamente estudios neurológicos, asistir con varios psicólogos y especialistas educativos, búsqueda incansable en internet, fue cuando una especialista pudo determinarle a mi hijo la dislexia. 

Tras esta detección, me di cuenta que en nuestro país no existen personas especializadas en tratar este trastorno, tampoco existe información del porqué se origina y mucho menos un tratamiento ni herramientas adecuadas para brindarle a mi hijo, tomando en cuenta que uno de cada 10 niños lo padece. 

Desafortunadamente, tampoco existe una atención especializada en el sector educativo, ni siquiera en instituciones de paga, aun cuando tienen aulas o personal especializado en síndromes o trastornos, no hay alguien que trate a niños ni niñas con dislexia. 

Es por eso que para ayudar a mi hijo y a más niños y niñas, tanto mí hermana que es licenciada en educación como yo, decidimos estudiar la licenciatura en psicopedagogía, ya que tampoco existen maestrías o especialidades en este rubro.

Tras la necesidad de especializarme, la falta de información y sobre todo la nula atención y tratamiento para infantes con dislexia, pedimos tanto a  las autoridades educativas estatales como federales que desarrollen un programa especializado para que los niños y niñas tengan un desarrollo educativo óptimo e integral. 

Por eso les pedimos que firmen esta petición, que le den “click” en el botón apoyar a través de esta página web y además de ello, compartan esta campaña con todos sus grupos-contactos de WhatsApp y Redes Sociales, ya que si conseguimos 500 apoyos, esta pregunta llegará a políticos del Senado de la República de México los cuales nos tendrán que dar una respuesta en esta misma web.