Hola, soy Brenda, vivo en Oaxaca y soy mamá de Valentina, un angelito que luchó contra la atresia biliar, una enfermedad que le fue detectada a los dos meses y medio de nacida, su piel y ojos tenían un tono amarillo, así como constante dolor en el estómago.

Debido a su corta edad, Valentina recibió un tratamiento básico para mitigar los dolores del abdomen, pero conforme fue pasando el tiempo los dolores incrementaron y su tono de piel fue cambiando, tras una serie de estudios, mi hija fue diagnosticada con atresia biliar en el Hospital de Especialidades de Tehuantepec, en donde los médicos nos comunicaron que el tiempo de vida de mi hija sería muy corto.

Valentina fue trasladada al Hospital 20 de Noviembre en la Ciudad de México, en donde le realizaron la cirugía kasai para unir el hígado con los intestinos y eliminar la bilis de su cuerpo, a pesar de ser una operación riesgosa, mi hija poco a poco fue recuperando su color de piel y ojos, su abdomen fue disminuyendo de tamaño. 

Por casi un año, seguimos el tratamiento sugerido por los doctores, sin embargo, sus defensas estaban un poco bajas y contrajo una bacteria, la cual le causó una infección que lamentablemente complicó su salud provocando varices  esofágicas, hipertensión portal y por consecuencia cirrosis, etapa 2. Al cumplir un año y medio a Valentina se le reventó una varice, provocando una encefalopatía hepática, ante tal situación exigimos su traslado de Oaxaca a la Ciudad de México para recibir una escleroterapia para estabilizarla, durante 15 días estuvo internada y volvimos a Oaxaca bajo tratamiento. 

Después de este cuadro, la salud de Valentina se fue deteriorando, cada seis meses presentaba sangrado. Investigando por cuenta propia, detectamos que un trasplante de hígado podía ser una solución para alargar la vida de mi hija. Pero en el hospital de Tehuantepec nos decían que no contaban con el equipo, recibimos muchas negativas así que con el apoyo de familiares y amigos, encontramos una alternativa en un hospital privado de Chihuahua, en donde nos habían aprobado a Valentina como candidata a trasplante de hígado.

Lamentablemente, Valentina volvió a presentar sangrado el 31 de diciembre de 2018, de inmediato, acudimos al Hospital de Especialidades de Tehuantepec en donde se trataba, y después de más 40 minutos de espera, al no ser atendida, mi hija falleció desangrada.

La vida de mi hija pudo ser salvada, si los médicos la hubieran atendido en el tiempo adecuado, pero debido a la negligencia médica vidas como la de Valentina se pierden. Por ello, me gustaría invitarte a sumarte a esta iniciativa para exigir un mejor trato por parte del personal médico, así como mayores recursos para el tratamiento de enfermedades como la atresia biliar que afecta a muchos niños en nuestro país. De igual manera, es necesario exigir justicia por los casos en donde por negligencia médica se han perdido vidas, es necesario un castigo severo a los médicos que no actúa de manera adecuada y conforme a los protocolos para atender y salvar la vida de un paciente.