El pasado 27 de noviembre de 2020, mi expareja, con la que habíamos establecido un acuerdo de visitas periódicas a nuestros 3 hijos, subió a su coche a mis dos hijas de 4 y 5 años y a mi bebé de un año y dos meses de edad, con la intención de llevárselos. Estábamos en casa de mis padres, lugar donde se había estipulado que fueran esas convivencias, cuando sucedieron los hechos. Ella le dio accesos a una persona desconocida, con la intención de que le ayudara a perpetrar su plan, en ese momento arrancó el coche abruptamente e intentó llevarse a los niños; cuando mi madre se dio cuenta, se apresuró a ver lo que sucedía y en ese momento mi expareja la atropelló dejándola por unos minutos prensada entre el vehículo y la puerta. Mis hijas comenzaron a gritar y a pedir ayuda. Lastimada, pero no herida de gravedad, mi madre acudió a sacarlos. Ella solo pudo sacar a las niñas y el bebé se quedó en su sillita del coche. Desde esa fecha no he podido ver a mi hijo y su madre se niega a devolverlo.

Lo complejo de todo este asunto es que la madre de mis hijos ha sido diagnosticada con trastorno límite de la personalidad y con trastorno bipolar tipo 2. Esto no tendría que ser ningún impedimento, de no ser por los antecedentes de ansiedad y arrebatos que experimentaba ella durante el tiempo en que convivimos y su negativa a tomar las medicaciones que le recomiendan los doctores para mantenerse lo mejor posible. Hace 6 años que estábamos casados, pero las continuas crisis de ella complicaron nuestra relación y el año pasado le pedí que nos separáramos. 

A mí lo que más me preocupa es que mis hijos vivan constantemente viendo estos episodios que su mamá no puede controlar, y que solo les causan confusión y miedo. Además, después de conversar y analizar esta situación, el año pasado ambos firmamos un acuerdo de divorcio en el que ella aceptaba que yo podía quedarme con la guardia y custodia de nuestros hijos, y que ella podía tener visitas periódicas. Yo nunca he evitado que ella vea a los niños, pero sé que ella no puede hacerse cargo de ellos por todo lo que está experimentando y que le es imposible controlar. 

Pese a que yo he tenido la guardia y custodia desde hace meses, cuando quise levantar la denuncia por desaparición de mi pequeño, las autoridades tardaron cerca de 3 semanas para poder recibirme y atenderme. Pienso que se cree que porque no soy yo la mamá no digo la verdad o no estoy en la posición de hacer el reclamo aunque las evidencias hablen por sí mismas.

Mi pequeña hija  de 5 años vive preocupada por quién estará haciéndose cargo de su hermanito, es algo que me ha expresado, y yo no quisiera que esto se alargara más. Además, en días pasados mi expareja me ha buscado con la intención de resaltar el sufrimiento que tenemos por no poder ver a Bernardo, intentando obligarme a tomar decisiones que pondrían en riesgo a mis 3 pequeños. Es por ello que pido a las autoridades mexicanas que sean más empáticas y comprensivas con el sufrimiento que experimentamos los padres ante el daño que sufren los pequeños en casos como el mío.

Les pido a quienes integran el Senado de la República, que me ayuden a encontrar a mi pequeño Bernardo Esteban de un año y dos meses de edad. Hemos luchado hasta ahora en las instancias que se ha podido, la Asociación Niños con MaPa también nos ha acompañado y guiado en este camino que parece lleno de obstáculos y de un gran desapego ante nuestra realidad por parte de quienes imparten justicia en México. 

Por favor, ayúdanos a firmar y a difundir esta campaña por todos tus grupos y contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si conseguimos 500  apoyos, esta pregunta llegará a políticos de distintos partidos del Senado de la República, los cuales nos tendrán qué dar una respuesta en esta misma web.