¿Qué acciones están impulsando las autoridades para prevenir el bullying en las escuelas?

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Hola, soy Ana María Villarreal, vivo en Apodaca,N.L. (Monterrey) y soy mamá de Bruno, un joven de 21 años, quien fue diagnosticado con síndrome de Down. Afortunadamente, mi hijo ha recibido acceso a educación y terapias necesarias para desarrollar sus habilidades, sin embargo esto ha sido porque me he dado a la tarea de buscar espacios inclusivos, así como abrirle camino en la sociedad. 

Cuando Bruno nació me lo entregaron como un niño sano, no presentó ningún problema de salud y fue hasta meses después que mi mamá se dio cuenta que Bruno presentaba ciertas características como el cuerpo un poco ‘aguadito’ y que el desarrollo de su movilidad no iba de acuerdo a su edad. Mi mamá se encargaba de llevarlo a las consultas médicas y fue ahí que una enfermera le comentó que la hipotonía de Bruno se debía a su condición genética, pero mi mamá desconocía dicha situación. Tras un mes de espera para conocer los resultados del cariotipo, el médico nos hizo saber que Bruno tenía síndrome de Down, afortunadamente estaba sano, no presentó ninguna cardiopatía.

A nivel educativo, Bruno asistió desde muy pequeño a una guardería regular en donde recibió terapia motriz y estimulación temprana. Posteriormente, ingresó a un Kínder lo trataban muy bien y las maestras siempre lo apoyaron, en esa etapa curso un año más para poder transitar correctamente a la primaria, de tal manera que su aprendizaje pudiera reforzarse. Encontrar una primaria inclusiva no fue tarea fácil, en las escuelas de gobierno me pedían una maestra sombra, después encontré una con USAER del que recibí algo de apoyo, por las tardes en el DIF recibió reforzamiento de lenguaje, escritura y desarrollo de habilidades cognitivas, actualmente seguimos acudiendo a terapia cognitiva y psicológica. 

Al ingresar a la secundaria, Bruno acudió a un colegio en el cual fue muy aceptado e incluido,  pero en tercer año y durante su adolescencia, atravesó por un periodo de retroceso debido a que entró en un cuadro de autismo y se le detectó un problema de tiroides. Esto ocasionó que él perdiera peso, estuviera desconcentrado, no controlará esfínteres y requiriera de la toma de medicamentos. Afortunadamente, recibimos apoyo en el Centro Down Crecer Juntos en donde recibimos terapia y apoyo psicológico. Logrando que pudiera graduarse.

Sin embargo, durante la adolescencia de Bruno me di cuenta de la necesidad de generar mayor consciencia en los niños y jóvenes sobre las diferentes condiciones y discapacidad de las personas, esto con el fin de erradicar el bullying en las escuelas. Recuerdo que durante la secundaria, acudí a dar una plática a la escuela de Bruno para que sus compañeros entendieran más sobre el síndrome de Down, haciéndoles saber que mi hijo y los adolescentes que viven con esta condición, imitan todo lo que ven y lo toman como algo natural, sin saber si es algo bueno o malo y no por ello, los compañeros deben abusar de la condición o burlarse de ellos.

De igual manera, en esta etapa es muy difícil encontrar una escuela inclusiva, muchos padres de familia encuentran dificultades ya que los espacios no tienen las adecuaciones pertinentes en cuanto a higiene o supervisión para cuidar la integridad de los alumnos. Por ello, es fundamental que las autoridades impulsen un programa educativo más flexible, así como la presencia de un psicólogo o personal capacitado que hable con los alumnos sobre la importancia de la inclusión para evitar casos de bullying escolar. 

Actualmente, con el objetivo de impulsar la inclusión laboral para los jóvenes, otras mamás y yo estamos trabajando en la Asociación Down Apodaca a través de un bazar inclusivo en donde los chicos trabajan, esto para que ellos aprendan a desarrollar habilidades laborales. De igual manera, con apoyo del DIF logramos que el año pasado en un parque acuático de Apodaca se les abriera un espacio para ser parte del personal, con actividades pequeñas pero significativas para que aprendan el valor del dinero, del trabajo y sobre todo a ser más independientes

Hago un llamado a las autoridades para impulsar más apoyos a los jóvenes con discapacidad intelectual, como mamás somos conscientes de sus limitaciones pero debemos darles herramientas para que aprendan a desenvolverse en la vida diaria, hasta lograr ser independientes. 

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