Pregunta para Parlamento de Andalucía

Las personas con movilidad reducida nos encontramos con barreras arquitectónicas constantemente. ¿Cuándo adaptarán todos los sitios públicos para que nos podamos mover con comodidad?

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Ana González Pregunta de Ana González

Mi nombre es Ana, tengo 20 años y resido en Sevilla. 

Nací con Espina Bífida, una afección que afecta a la columna vertebral. Anduve hasta los 8 años, pero luego necesité de una silla de ruedas para moverme. 

Eso no ha impedido que lleve una vida normal. Estoy estudiando, salgo con mis amigas y me divierto como cualquier joven de mi edad. 

Sin embargo, es una realidad que la sociedad actual sigue sin estar adaptada a las necesidades que tenemos las personas con movilidad reducida, y todavía hay muchos aspectos que requieren ser cambiados. 

Hasta que no logremos cambiar la conciencia social, no lograremos una sociedad igualitaria, inclusiva y con igualdad de oportunidades. 

Hay que transmitir a la ciudadanía que no es una silla de ruedas lo que nos define, que somos personas por igual. Este concepto romperá muchos de los estigmas y prejuicios que hay hacia las personas con movilidad reducida, y fomentará la inclusión, pensando así en nosotros cada vez que se tomen decisiones desde las esferas políticas. 

También debe de haber un cambio en el lenguaje. Muchas veces la gente utiliza erróneamente el término “colectivo” para dirigirse a las personas con movilidad reducida u otras personas, ya sea por diferencias sexuales, raciales, de discapacidad. Esto lo único que hace es etiquetarnos, y dejar aún más claro que somos diferentes, provocando así la exclusión social. Quiero repetir que somos absolutamente iguales. 

La conciencia social debe de cambiar, y eso es un arduo y largo trabajo que espero que con el tiempo se consiga, para aplicar así las políticas necesarias. 

Pero lo que sí que necesita un cambio inmediato que beneficiaria directamente las vidas de las personas con movilidad reducida, es el poder adaptar adecuadamente las ciudades para terminar con las barreras arquitectónicas que nos impiden movernos con comodidad.

La mayoría de las personas no se dan cuenta de estos obstáculos. Yo antes andaba, y nunca le daba importancia a ningún escalón. Ahora mismo un simple escalón me puede complicar la vida, ya siendo yendo a comprar el pan, o saliendo de fiesta con mis amigas. Si voy con mis amigos en la playa también tengo que vigilar, o si alquilamos un apartamento para pasar unos días tengo que valorar si está adaptado para mí. 

Muchos de los locales no están equipados con baños adaptados, las puertas no son lo suficiente anchas para que podamos pasar con la silla de ruedas. 

Resido en Sevilla debido a mis estudios. Hago vida normal, normalmente sin encontrarme con problemas con las personas. Pero sí que la ciudad está muy lejos de estar adaptada para que las personas que utilizamos silla de ruedas podamos movernos con comodidad.

La solución a todo esto se basa en la inclusión social. Cualquiera se puede encontrar con esta situación en un futuro. 

Por este motivo, siendo de Sevilla, me dirijo a los políticos del Parlamento de Andalucía para que tengan en cuenta a las personas con movilidad reducida y se establezcan normas y medidas para garantizar que todos los espacios estén adaptados a nuestras necesidades de movilidad. 

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