Pregunta para Junta General del Principado de Asturias
Un policía utilizó términos como “guapita o nena” para tranquilizarme. Me hizo sentir enormemente incómoda y, tras denunciar la pésima actuación policial, nadie hizo nada
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Me llamo Ana y tengo 22 años. Tengo un padre con problemas y hace casi un año, una noche me levanté y vi una nota sobre la mesa; llamé a la policía y, automáticamente, acudí a su cuarto para ver si estaba bien; era la primera vez que trataba de suicidarse.
Cuando los agentes, sí, en masculino, llegaron a mi casa, acudieron a la habitación de mi padre, entre tanto, yo estaba en el cuarto de al lado con mi pareja. De repente escuchamos algo así como “si te quisieras suicidar lo hubieras hecho, no nos hubieras hecho venir para esto”; me enfadé enormemente y fui a hablar con ellos. Poco después, uno de ellos, el que parecía llevar el mando, vino detrás de mil al salón y me puso la mano en el hombro; empezó a hablarme con términos como “guapita o nena” y decidí pedirle el número de placa, que no me facilitó. Lejos de tranquilizarme, sus palabras me hicieron sentir tremendamente incómoda y más después de lo que acababa de escuchar que le decían a mi padre. Pensaron que novio, que también estaba en casa, era mi hermano y a él no lo trataron así, a mí, en cambio, como si fuera una niña pequeña.
Poco después acudí a la comisaría a denunciar los hechos; en un primer momento, el agente que me atendió me dio la razón y me aseguró que habría una sanción para el policía que me hizo esos comentarios. Unos días más tarde, recibí una carta en la que decía claramente que, como mi padre no había llegado a suicidarse, los agentes habían actuado correctamente y no se amonestó al policía correspondiente por ello.
Meses después, mi padre tuvo un segundo intento de suicido, en este caso, acudieron más agentes y, entre ellos, una mujer que hizo de mediadora a la hora de hablar conmigo. Decidí denunciarlo en redes sociales como forma de darle notoriedad a estos casos; fue entonces cuando vi que no era la única y que mas chicas habían pasado por situaciones similares.
Me dirijo a los miembros de la Junta General del Gobierno del Principado de Asturias para pedir que mejoras en los protocolos de actuación en estos casos, la responsabilidad emocional es fundamental y muchas veces carecen de ella, que no nos infantilicen o traten de una manera distinta por el hecho de ser mujeres. No podemos seguir permitiendo que nos hagan sentir así de incómodas y que nadie haga nada para impedirlo.