Soy Alfonso Lopez, profesor gallego en una escuela pública y al igual que muchos de mis compañeros, queremos terminar con el privilegio que goza la Iglesia en nuestras aulas de los colegios y centros públicos.

La educación pública es el sistema nacional educativo que está gestionado por la administración pública y sostenido con los impuestos de la ciudadanía, con los de todos nosotros. Sin embargo, todavía se conservan acuerdos privados entre el Estado y la Santa Sede para que la religión católica siga adoctrinando en nuestras escuelas.

Sin embargo, la gente opina y siente diferente, somos conocedores del declive de esta asignatura y voy a compartir algunos datos que avalan la caída libre de la religión como materia escolar:

• 3,3 millones de alumnos cursan religión este año. Supone el 61,9%, la cifra más baja desde la democracia.
• En los centros públicos, apenas la mitad de los escolares la eligen  
• El curso 2004/05, consiguió la cota más alta de la elección de la asignatura (79,3% cursaba la asignatura). Desde entonces, en apenas 12 años, ha caído un 17% de los alumnos inscritos a religión.

Sin embargo, el Obispado se defiende y recuerda que el Concordato entre el Estado y la Santa Sede sigue blindado. Y efectivamente, hurgando en él, podemos encontrar un artículo, en concreto el artículo XXVII, que lo confirma.

Artículo XXVII

El Estado español garantiza la enseñanza de la Religión Católica como materia ordinaria y obligatoria en todos los centros docentes, sean estatales o no estatales, de cualquier orden o grado.

Serán dispensados de tales enseñanzas los hijos de no católicos cuando lo soliciten sus padres o quienes hagan sus veces.

¡Deroguen el Concordato con la Santa Sede y hagan desaparecer la religión de la educación pública!

El actual Gobierno ha confirmado su intención de derogar la LOMCE y planeó eliminar la asignatura del horario escolar y del Bachillerato. Así pues, la petición va dirigida al Gobierno y al resto de los Grupos Parlamentarios del hemiciclo: por el bien de nuestra educación pública y preservar el sistema libre de privilegios privados, deroguen el Concordato con la Iglesia y saquen la religión del horario escolar.