Soy Makarena Salles Contreras presidenta de Agrupación Trans Libera Acción Arcoíris, una organización que nació 2002, cuando se eliminaron artículos de la legislación que se referían a la “ofensa a la moral y buenas costumbres”, los que ocupaban para llevarnos detenidas arbitrariamente cuando transitábamos por las calles vestidas de mujeres.

Nos encargamos de empoderar, apoyar y defender a las personas trans de la región. Hacemos talleres para educar y sensibilizar a funcionarios de salud y docentes sobre las diferentes identidades sexuales.

Luchamos muchos años por una ley de Identidad de Género. Hoy el Estado reconoce nuestra identidad, pero aún falta mucho para que realmente se cumpla lo que está en papel. Por ejemplo, la circular nº21 generada por el Ministerio de Salud el 2012, es un instructivo sobre el deber de los profesionales de la salud de brindar una atención respetuosa a la población trans. Sin embargo, muchas veces se niegan a llamarnos por nuestro nombre social.

Dentro de la comunidad LGTBIQ+, las mujeres trans somos quienes sufrimos más vulneraciones de nuestros derechos. Incluso las mujeres biológicas trans pueden transformarse en hombres ante la sociedad más fácilmente, pero nosotras seguimos siendo muy discriminadas, porque aunque vivimos un proceso de transformación no pasamos desapercibidas.

Tengo 52 años y a los 16 empecé mi transformación. No pude terminar mis estudios y cuando busqué trabajo me exigieron contarme el pelo porque en mi carnet decía que mi sexo era masculino. Mi cabello largo era la primera herramienta de transición, lo que me hacía sentir más femenina y no quería que me lo quitaran. Por eso, como muchas no tuve más opción que trabajar en el comercio sexual.

Muchas compañeras fueron asesinadas y el caso se cerró sin un culpable. Nos tratan como si nos gustara el sexo y por eso trabajáramos en el comercio sexual. Pero es por la necesidad y falta de oportunidades laborales. No solo pasamos frío toda la noche, sino también nos arriesgamos a que nos golpeen, a adquirir enfermedades de transmisión sexual y a que nos maten. ¿A quién le va a gustar esa vida?

Estamos luchando para que en los colegios las personas trans no deserten y lleguen a ser profesionales. Queremos que se legisle para que hayan cupos laborales trans, ya que es muy difícil encontrar trabajo. Queremos dejar de estar segregadas por el Estado en el sistema de salud, educación y vivienda. Hemos sido vulneradas en nuestros derechos por mucho tiempo y nadie se hace cargo.

A la hora de postular a una vivienda digna, está el requisito de la carga familiar. Estamos en el limbo, somos parte del 40% más vulnerable de la población, pero no cumplimos con el requisito. Formamos un comité, pero no podemos avanzar porque se prioriza a madres solteras por ejemplo, y seguimos quedando segregadas. 

Por eso le pregunto a las autoridades pertinentes, ¿Por qué se nos exige tener una carga familiar a la hora de postular a una vivienda digna? Es necesario que se nos considere con un enfoque inclusivo para acceder a beneficios del Estado tras tanta discriminación.

Te invito a visibilizar este tema. Si conseguimos 250 apoyos recibiremos una respuesta en esta misma web. Ayúdanos haciendo clic en el botón “apoyar” y difundiendo por una sociedad sin discriminación.